Tesoros perdidos y Nonna recobrada

La guarida de salamanca apuesta por el tesoro de la imaginación

Nonna, por Mónica Carretero
Tesoros perdidos y Nonna recobrada

La guarida ediciones de Salamanca se suma al universo de la literatura infantil y juvenil con "la idea de hacer libros para estimular, divertir, descubrir..." y con el objetivo de apostar por la mejor tecnología que se conoce: la imaginación. Llegan a nuestras manos dos títulos: ‘Subasta extraordinaria en el Museo de todo lo perdido’, con texto de Gracia Iglesias e ilustraciones de Susana Rosique. Es un cuento inventario, en el lote ocho hay ‘Un huevo de imagodonte’ y dice así: "Pequeño como una pulga/ o grande como una montaña. / A veces es invisible / y resulta difícil conservarlo; / otras es de colores / como el arcoiris. / Se le pueden pedir deseos. // Precio de salida: Lapiceros de colores o un jardín de plastilina". Cada lote contiene sugerentes historias, un sinfín de detalles, muchos personajes, animales y una resolución que fluctúa entre lo lírico, lo alado o lo ingenioso. Las ilustraciones funcionan muy bien: son útiles, divertidas, matizadas y están llenas de color.


Si ‘Subasta extraordinaria’ es un libro abierto, en cadena, un canto a la imaginación más pura, conectada con sutileza por hilos suavísimos y acaso invisibles, ‘Un cuento y veinti3 sonrisas’ es casi un cuento de terror que deriva hacia lo cómico. Y es, también, un homenaje a Monna Lisa, presentada aquí por Nonna. El álbum, escrito por Aurora Ruá y Chito de Arriba, arranca así: "La primera vez que falleció, el propio Albertino, el médico, constató su defunción: la piel de Nonna estaba lívida y fría, no respiraba ni latía su corazón". Quizá todo sea una equivocación, a lo mejor Nonna está viva y podría ser capaz de resucitar en varias ocasiones.


El libro, además de la muerte y la resurrección jocosa, tiene otro poderoso elemento unitario: los retratos elaborados a partir de la famosa obra de Da Vinci. Hay de todo: diversas estéticas, algunas bromas, gran capacidad de seducción. Hay dibujos tétricos, naïfs como el de Mónica Carretero, clásicos como el de Pablo Auladell, modernos como el de Javier Pintor, rotundos, expresionistas, bárbaros, esquemáticos, fantásticos como el de Kike Castaño. El álbum es divertido y original: tiene miga, acción y color.