Oportunidad en Murcia

El CAI comparece hoy en Murcia (12.15, Aragón TV) señalado por las urgencias. Siete derrotas consecutivas, entre la Liga Endesa y la Eurocup, han debilitado anímicamente al cuadro aragonés, que ahora es un bloque indeciso, abatido y desencantado, sin convicción en sus propias posibilidades. El desplome ha sido gigantesco. Alcanzó el ecuador de la competición con 17 victorias, igualando la mejor primera vuelta de su historia; pero se descompuso después, coincidiendo con el inicio de 2015, y desde entonces no ha sabido recuperar el camino correcto.

Al contrario, sus últimas actuaciones han resultado desalentadoras: perdió en sus dos enfrentamientos con el Volgogrado, y después con el Cedevita Zagreb y la Virtus Roma, en la competición continental; y también dobló la rodilla en la Liga Endesa frente al Joventut de Badalona, el Iberostar Tenerife y el Baloncesto Sevilla. Un recorrido adverso que tuvo efectos irreparables en la Eurocup, donde ya fue eliminado de las eliminatorias directas; y que está dejando preocupantes secuelas en el torneo doméstico, donde acaba de abandonar las posiciones de ‘play off’ tras caer en casa ante el colista.

El CAI ha experimentado una importante involución en todos los órdenes del juego. Todo atiende a una cuestión emocional, a un déficit de desconfianza, que está lastrando el rendimiento de los jugadores. En ataque, el equipo aragonés está exhibiendo un desatino extraordinario en sus lanzamientos. Toda una paradoja en una platilla distinguida, precisamente, por su amplitud de recursos ofensivos. Jugadores como Goulding y Robinson, dos francotiradores fiables, han rebajado su productividad de manera sorprendente. Son víctimas de su propia ansiedad, los mayores exponentes de la inseguridad que azota al CAI en sus compromisos más recientes.

Su debilidad en ataque también merma sus facultades en defensa. La desesperación y la impaciencia se imponen. Se abandonan rutinas y automatismos. Ya no hay concentración, ni intensidad, ni perseverancia. La angustia corroe el ánimo. Todo se viene abajo. La estructura de contención se torna vulnerable, quebradiza, demasiado permisiva con el rival. Concesiones mayúsculas que condenan al equipo a la derrota. Todo está en la cabeza", insiste el técnico del cuadro aragonés, Joaquín Ruiz Lorente, cuyo cargo ha sido respaldado recientemente por la entidad.Dudas en el rival

Mientras, el Murcia también es un conjunto voluble, de caras opuestas. Inició el curso con paso firme, sumando tres victorias en las cuatro primeras jornadas de la competición; pero presenta ahora importantes lagunas en su juego, especialmente en defensa, y vive un periodo improductivo: apenas ha ganado dos de sus últimos ocho encuentros. Doblegó al Gipuzkoa y al Fuenlabrada, y mordió el polvo con el Manresa, Herbalife, Joventut, Iberostar, Valencia y Estudiantes. Pese a todo, se halla a un solo triunfo de los zaragozanos y sigue optando a los puestos de ‘play off’.

Además, el Murcia eleva notablemente sus prestaciones en casa, en el Palacio Municipal de Deportes, donde sólo el Unicaja, el Joventut y el Herbalife han sido capaces de imponerse en el presente curso liguero. Su principal amenaza atiende al juego interior. Se trata de Augusto César Lima, quien promedia 15,8 de valoración por partido, fundamentados en 10,2 puntos y 7,1 rebotes. Además, es un jugador intimidante que se aplica con tesón en las labores defensivas. Por fuera, tiradores como Neto, Cabezas, Bamforth, Wood y Kelati también representan un peligro considerable. Sin embargo, los de Ocampo viven su peor momento de la temporada. Una oportunidad para que el CAI, por fin, finiquite su negativa racha de resultados.