El caspolino Víctor Rivera gana con solvencia el Rally Intercontinental y revalida los triunfos de 2013 y 2014

El aragonés, además de dominar en la general, ha sido el piloto que más etapas se ha llevado, un total de cinco.

Víctor en la playa de Dakar tras conseguir su tercera victoria
El caspolino Víctor Rivera gana con solvencia el Rally Intercontinental y revalida los triunfos de 2013 y 2014
Club Aventura Touareg

El caspolino Víctor Rivera sumó ayer su tercer entorchado en el Rally Intercontinental, la prueba que recorre África simulando el recorrido del antiguo París-Dakar. Tras catorce días de carrera sin descanso, duros meses de preparación y media vida dedicada al mundo de las aventuras, los viajes, el deporte y el motor, el piloto aragonés completó en primera posición la última etapa, que rodeaba el perímetro del mítico Lago Rosa senegalés. Un escenario de ensueño para cualquier corredor de raids, un oasis rosado para disfrutar tras dos semanas de sufrimiento en quad, moto, coche o UTV. En ese enclave Rivera confirmó su férreo dominio de la prueba en motocicleta, ya que ha comandado la general desde el primer día de competición. "Por fin podemos cantar victoria. Estoy realmente emocionado, no tengo palabras, tengo que asimilarlo. Solo puedo dar las gracias a todos los que me han apoyado o echado una mano. A todos os debo algo y de todos es este logro. ¡Somos campeones!", decía el aragonés tras completar el último día de competición.


El caspolino también celebró la victoria de su equipo, el Club Aventura Touareg, en la clasificación general por equipos. Era la segunda vez que Rivera competía a lomos de su KTM 450 respaldado por el club español. El aragonés había corrido en su primer año –2013– sin la ayuda de una marca detrás, lo que sumó mérito a su primera hazaña. En este su tercera edición, la experiencia y el conocimiento de los terrenos africanos le han valido para dominar con firmeza, y de principio a fin, la competición. En el podio le secundaron su compañero de equipo Antonio Valero y el también español Julián José García (Merino 3).


El aragonés, además de dominar en la general, ha sido el piloto que más etapas se ha llevado: cinco. Ganó en la segunda, en la tercera, en la quinta, en la sexta y en la décima, lo que le convirtió en el participante con más triunfos de etapa. No se pudo coronar, sin embargo, en la llegada al Chinguetti en el noveno día, una de las rutas que afrontaba con mayor ilusión por su extravagancia –una ciudad perdida semioculta por la arena– y porque era una de las variaciones del recorrido de este año. Sí se impuso en las metas de Merzouga, Tata, Doujdour, Dakhla y Akjoujt. También pudo proclamarse en la llegada a Bon Lanuar, en la octava etapa, aunque su ya amplia ventaja en la general le condujo a conservar fuerzas. Cedió ante Julián Merino.

Una aventura sin descanso

El día 23 de enero Víctor Rivera salió desde Caspe al encuentro con otros miembros de su equipo en Almería, con el fin de organizar la logística de la competición y pasar las verificaciones del evento. El Rally Intercontinental arrancaba temprano el día 26 tras la ceremonia de salida en la ciudad andaluza y el embarque en el ferry rumbo a África, donde empezaría la verdadera aventura.


Desde entonces, el medio centenar de participantes –la mayoría de nacionalidad española, austriaca y checa– recorrió 6.000 kilómetros hasta llegar ayer al Lago Rosa. Fueron 14 etapas, sin día de descanso de por medio. Una heroicidad al alcance de pocos que tuvo como paisajes Marruecos, el Sáhara occidental, Mauritania y Senegal. El rally encaró el desierto por el este y los pilotos soportaron las temperaturas extremas propias del clima, tanto por el día como por la noche.


Al final, el esfuerzo tuvo recompensa por tercera vez para Víctor Rivera, un enamorado del París-Dakar que ha encontrado en el Intercontinental su idilio perfecto con el motor.