Las fuertes nevadas dejan un desaparecido y dos heridos por aludes en el Pirineo
Una avalancha sepultó a dos esquiadores vascos en una zona cerrada al público en Candanchú. Tras dos días de tormenta, en algunas localidades se acumulan espesores de hasta 80 centímetros.
A última hora de ayer se desconocía el paradero de uno de los dos esquiadores de travesía a los que atrapó un alud en Candanchú en torno a las 15.30. La estación activó el plan de emergencia tras conocer que dos personas se habían visto sorprendidas por un alud en la zona de Rinconada, que estaba cerrada al público ya que solo se abrió la zona de seguridad. El servicio de pistas logró rescatar a uno, que había quedado parcialmente cubierto por la nieve y fue trasladado al centro médico de Candanchú con síntomas de hipotermia. Después acudieron equipos de montaña de la Guardia Civil de Jaca y Panticosa con un perro de rescate y Protección Civil, que iniciaron la búsqueda del otro esquiador. Al parecer, no llevaban ARVA, el aparato de localización en avalanchas.
A las 19.30 se dio por finalizado el rastreo, que en las últimas horas resultó muy complicado al trabajar de noche, con nieve y viento. Hoy se reanudará a primera hora. No se facilitó la identidad del desaparecido, bilbaíno de unos 40 años.
Por la mañana, poco antes de las 11.00, otro alud atrapó a un esquiador en Astún, cuando la estación aún permanecía parcialmente abierta, antes de cerrar por el mal tiempo. Según fuentes del centro invernal, fue el propio esquiador el que lo desencadenó, al bajar por una zona fuera de pistas. Hasta el lugar se desplazó personal de la estación, así como los esquiadores que acompañaban al accidentado. Fue trasladado al hospital San Jorge de Huesca con varias fracturas.
Desde que se cerró la estación, el personal de Astún estuvo provocando avalanchas en la ladera junto a la carretera de acceso para prevenir problemas por la abundante nieve caída en los últimos días, que junto con el viento elevó el riesgo de aludes en todo el Pirineo al nivel 4 (fuerte) en una escala de 5.
El temporal ha afectado especialmente al Pirineo occidental, con pequeñas incidencias como caídas de árboles (uno en Canfranc sobre el tendido eléctrico, sin mayores consecuencias). Es la mayor nevada de la temporada y, tras dos días de intensas precipitaciones casi ininterrumpidas deja más de medio metro de nieve en localidades como Aragüés del Puerto, Biescas o Canfranc y algo menos, pero por encima de 40 centímetros, en Jaca, Torla, Hecho y Bailo. La nieve ha llegado incluso a zonas más bajas como Arguis y sobre las diez de la noche empezó a caer en Huesca. En algunos puntos del Pirineo, con ayuda de la ventisca, se han acumulado hasta 80 centímetros de espesor.
En el refugio de Respomuso se ha incrementado el manto nivoso en 75 centímetros. Allí se registró además la temperatura mínima ayer, 9,5 grados bajo cero, aunque con la ventisca la sensación térmica era aún menor. En La Renclusa y Lizara hubo -8 grados. Y en todos ellos las máximas no alcanzaron los ceros grados en todo el día. Las mínimas en los valles fueron más suaves.
El viento también azotó con fuerza al sur de la provincia y se llegaron a registrar rachas de 98,3 kilómetros hora en Tamarite de Litera, y de más de 80 en Fraga y Lanaja, a primeras horas de la tarde.
En la provincia de Teruel, el viento llegó a 104 kilómetros y 85 en Cedrillas. Las nevadas fueron menos relevantes y solo dos carreteras precisaban cadenas, aunque en Alcalá de la Selva hubo que cortar un tramo durante una hora por el colapso que generaron numerosos coches parados en la calzada para poner cadenas o disfrutar de la nieve, lo que impidió el paso de la máquina quitanieves.