El Barça líder, Messi pichichi

Hay jornadas que suponen un punto de inflexión en el torneo liguero. El tiempo dirá si es el caso, pero lo que sí marca la victoria del Barça y el consiguiente liderazgo es un golpe moral, cuando entramos en los momentos decisivos de la temporada. Parecía que después de caer en Anoeta, hace un par de meses, y sobre todo tras el pinchazo ante el Málaga, hace 21 días, el campeonato se le empezaba a escapar al equipo de Luis Enrique, que tuvo dos ocasiones para encaramarse a la cabeza de la Liga y no supo culminar. A la tercera fue la vencida, ante el Rayo, y el torneo tiene nuevo líder.

El Barça salió a por todas desde el pitido inicial. Con Mascherano de maestro de ceremonias en el centro del campo, ocupando la plaza del lesionado Busquets, y con Pedro en lugar de Neymar (sancionado), los blaugranas buscaron pronto las cosquillas del cuadro vallecano, un equipo de trato amable con la pelota y que disputa la posesión del balón, pero que tuvo desajustes tirando el fuera de juego en la primera parte y se hundió en la segunda. Y eso, en un equipo que se enfrenta a Xavi e Iniesta, que encuentran el hueco donde no lo hay, se paga caro. Ocurrió en el primer tanto azulgrana. No habían pasado ni cinco minutos, cuando Suárez se aprovechó del achique lento de un defensa para quedarse solo y resolver como los ángeles con el exterior del pie derecho.

Poco a poco, los madrileños fueron asentándose, llegaron a hacerse dueños del balón durante una buena fase de la primera parte y al Barça hasta le entraron las dudas. Pero fue un espejismo. Porque todavía faltaba que entrara en escena Messi. El argentino hizo un ‘hat-trick’ en la segunda mitad y se anotó un nuevo récord, el del jugador con más tripletes (32), superando a Zarra, a quien este año ha sobrepasado como goleador histórico de la Liga. Antes de que Messi recibiera todos los elogios, Piqué anotó el segundo, tras un remate de Alba a saque de esquina. Poco después, penalti sobre Suárez y el Rayo se quedó con diez.

El 10 argentino falló en el lanzamiento de la pena máxima, pero Gil Manzano le indultó porque entendió que Cristian Álvarez se movió antes de tiempo. A la segunda, Messi no erró y a partir de ahí se soltó tanto, que en poco menos de un cuarto de hora marcó tres goles. Estuvo desaparecido casi una hora de juego, pero cuando se liberó de la tensión revolucionó el partido. Los tantos finales de Bueno, de penalti, y Suárez, cuando ya estaba acabado el partido, acabaron de redondear un choque, que registró la mayor entrada de la temporada en el Camp Nou. Los culés tenían ganas de volver a saborerar un liderazgo.