Enquist, cambio de niños

El Nobel Per Olov Enquist publica ’La biblioteca del capitán Nemo’, la dramático historia de dos bebés intercambiados por error en la maternidad.

Per Olov Enquist
Enquist, cambio de niños

Centenares de kilómetros al norte de Estocolmo, entre abetos centenarios y frente a lagos helados cuyas brumas permiten vislumbrar islotes fantasmales, transcurre ‘La biblioteca del capitán Nemo’, novela del sueco propuesto al Nobel Per Olov Enquist. La obra relata el dramático caso de dos bebés intercambiados por error en la maternidad. Cuando te han intercambiado, nunca puedes estar seguro de ser un verdadero ser humano, afirma el narrador y protagonista en una narración que trata sobre todo acerca de la identidad. A duras penas pueden soportar, tanto él como su hermano accidental Johannes, el hecho de cambiar de hogar, el aceptar a unos padres cuya cultura familiar desconocen y en cuyas caras no se ven reflejados.


La Suecia rural de los 40


En un relato de cadencia lenta, pero en modo alguno moroso o aburrido, el autor nos introduce en la Suecia rural de los años cuarenta. No existe la televisión ni la radio y las familias viven recluidas en sus casas, leyendo las prédicas del teólogo Carl Olaf Rosenius, con la única compañía de la naturaleza indómita y, sobre todo, del rostro humano; combinación ésta que tanto nos recuerda al gran amigo de Enquist y clásico del cine sueco, Ingmar Bergman. Porque ciertamente es en la confrontación de los rostros donde se encuentra el dramatismo de una historia que dará paso a la tragedia.


Enquist combina libremente realidad y fantasía, sirviéndose de la infancia de los protagonistas para no marcar los límites entre una y otra.


La sensualidad


De tan sutil combinación proviene el título de la obra, cargado de simbolismos, pues la biblioteca del capitán Nemo es el lugar donde el narrador toma prestados libros como ‘La isla misteriosa’ de Julio Verne, o ‘Robinson Crusoe’ de Daniel De Foe, y Nemo es el bibliotecario llamado a hundirse en el océano. Huelga decir que lo que se ahoga es la creatividad, la imaginación, la individualidad en ese mundo agostado por el frío, la naturaleza y el luteranismo.


En un relato iniciático sobre la infancia y la adolescencia no podía faltar la sensualidad, encarnada en la novela por el personaje de Eeva-Lisa, hermana de los protagonistas con la que ambos vivirán aventuras reales o imaginarias, que recuerdan vagamente a los "aventis" de nuestro Juan Marsé, por esa voluntad del autor de no separar realidad y fantasía, convirtiendo a veces el relato –en particular al final– en una agridulce pesadilla.


Enquist se nutre de una voz impenetrable, poética y monocorde como las emociones de las que habla.

Una voz que avanza de pronto, del modo más faulkneriano, con una frase rotunda cuyo enigma sólo comprenderemos capítulos más tarde, cuando se desvele el trágico suceso al cual pertenecía. A menudo en esta novela de Pier Olov Enquist tiene el lector la impresión de que esa voz es en realidad la de un fantasma. En suma: pocas novelas mejor que esta encarnarán la divisa de Nórdica Libros: "Pronto llegará la nieve, se siente en el aire".