Las reservas de agua en los embalses de la cuenca han aumentado más de un 4% y rozan el 80%

El incremento ha sido de hasta el 20% en Mequinenza, pero en los del Pirineo apenas se ha notado Zaragoza. Las precipitaciones asociadas al

Las precipitaciones asociadas al temporal que la semana pasada barrió la península Ibérica han hecho que las reservas de agua en los embalses de la cuenca del Ebro hayan aumentado en los últimos siete días un 4,2%. De esta forma, con las aportaciones recibidas desde el lunes día 2, ayer estaban al 78,9% de la capacidad total de almacenamiento en la cuenca.


Según los datos facilitados por la Confederación Hidrográfica del Ebro, ayer los pantanos acumulaban 5.597 hectómetros cúbicos (hm3), lo que supone 314 más que hace una semana, cuando a su vez las reservas habían crecido un 1,4% respecto a la anterior, puesto que el primer fin de semana de este mes ya se dejaron notar las primeras y copiosas precipitaciones que dejó el temporal. Así, el aumento en apenas dos semanas ha sido de 424 hm3 (5,6%).


La cifra actual es ligeramente superior al promedio del periodo comprendido entre el año 2000 y el 2014, que se situó en 5.306 hm3, aunque inferior a la de hace un año, cuando se alcanzaron los 4.085 hm3.

En Aragón, el aumento ha sido más leve en los embalses del Pirineo (las intensas precipitaciones fueron principalmente de nieve y las gélidas temperaturas han impedido que se fundiera). Yesa, por ejemplo, tiene un 4% más de agua que hace una semana, Barasona ha sumado un 2% y Mediano, un 1%. Otros se mantienen e incluso los hay que han reducido sus reservas, como La Peña (un 7%), El Grado y Búbal (-1% en ambos).


Mientras, en el Ebro la crecida se ha traducido en un espectacular incremento del 20% (294 hm3) en Mequinenza, que se encuentra al 96%. Y eso que, según informaron ayer fuentes de la Confederación, desde el 29 de enero se están soltando en el sistema Mequinenza-Ribarroja-Flix 800 metros cúbicos por segundo (m3/s) para poder absorber los abundantes caudales de la avenida. Este episodio también motivó, añadieron, que desde el día 27 hasta el pasado viernes se estuviera desembalsando en el pantano alavés de Ullivarri, en la cuenca del Zadorra, afluente del Ebro. El objetivo, en este caso, era garantizar que había suficiente volumen de resguardo, es decir, espacio libre para recibir las nuevas aportaciones que se esperaban.


Pero de momento no hay previstas nuevas maniobras de este tipo, señaló el organismo de cuenca, puesto que los embalses disponen todavía de capacidad suficiente para almacenar el agua que les pueda llegar, bien a través de nuevas precipitaciones o del deshielo ante un aumento de las temperaturas. No obstante, según explicaron las mismas fuentes, en este momento no hay previsión de que el proceso de fusión de la abundante nieve acumulada vaya a acelerarse, por lo que en principio no se espera un nuevo aumento de los caudales.


El del Ebro sigue en claro descenso tras la crecida de la pasada semana y anoche lleva a su paso por Zaragoza 533 m3/s, menos de un tercio que durante la punta de la avenida –alcanzó los 1.739 m3/s–. Ahora está en niveles similares a los del 31 de enero, antes de que el pico entrara en Aragón.