Un museo con reliquias de la minería del carbón

Escucha l Los viejos almacenes, oficinas, botiquín y lampistería del Pozo Pilar se han convertido en los protagonistas de un curioso centro de interpretación interactivo. La estrella: el castillete, donde se habilitará un mirador y un ascensor panorámico

Las distintas infraestructuras del complejo minero del pozo Pilar. Al fondo, el castillete.
Un museo con reliquias de la minería del carbón
Jorge escudero

Las infraestructuras del pozo Pilar, la mina de carbón más importante que tuvo Escucha en los años setenta del siglo pasado y cerrada hace ya más de dos décadas, forman parte de un extenso e interactivo museo al aire libre, donde los visitantes pueden profundizar en el conocimiento de esta actividad secular envolviéndose de la atmósfera laboral que un día tuvo.


Los viejos almacenes, el botiquín, las oficinas o la lampistería han sido restaurados por el Ayuntamiento para integrar un curioso centro de interpretación en el que el 90% de las herramientas son de "uso real", según aseguraba el director, Juan Cañizares. El museo estuvo abierto el año pasado en periodo de prueba durante cuatro meses y el resultado fue "espectacular", según el responsable, al haber registrado más de 4.000 visitantes sin apenas contar con promoción. "Funcionó el boca a boca –explicaba Cañizares–. Este año, sin embargo, ya se ha previsto la edición de folletos informativos, en lo que se incluirán las tarifas, unos precios simbólicos que permitirán costear los gastos de mantenimiento".


En este complejo, muy próximo a Museo de la Minería –habilitado en una antigua explotación carbonífera–, el visitante puede imaginar el día a día de un minero y de la actividad que desarrollaba hace un siglo. Desde el antiguo material sanitario, hasta lámparas, mascarillas o documentos, los diferentes edificios conservan la mayor parte de los útiles cotidianos, que complementaban la extracción del carbón.


"No es un centro de interpretación al uso, sino que el visitante siente en primera persona todo lo que el minero vivía", subrayaba Juan Cañizares. "No solo hay fotos expuestas; se conservan las instalaciones reales, y útiles que la gente puede tocar", añadió. La sala de juntas, donde se reunían los ingenieros en el siglo pasado, o los almacenes, con el material eléctrico y de seguridad colocado en sus estanterías, recrean la atmósfera minera del siglo pasado. De entre todas las infraestructuras sobresale el castillete, el elemento más significativo del conjunto minero con el que, a través de una maquinaría, se desplazaban los mineros al interior de la explotación, así como las vagonetas cargadas de mineral.


El castillete tendrá un mayor protagonismo en un futuro próximo, en cuanto el Ayuntamiento de Escucha disponga de una subvención que permita habilitar en la parte superior de esta torre, de 62 metros de altura, un mirador. El proyecto, cuyo presupuesto ascenderá a unos 800.000 euros, contempla, igualmente, la instalación de un elevador panorámico, que facilitará el ascenso de los visitantes hasta la zona de máquinas, un sistema de poleas para subir y bajar la ‘jaula’ repleta de mineros.


La última etapa de este ascensor estará en la terraza, un espacio abierto en el que se instalarán cuatro telescopios, uno por cada lado, para poder observar en el horizonte la riqueza geológica que conserva la Cuenca Minera turolense.