La joya de Lidón: un estandarte de 300 años

Patrimonio l El Ayuntamiento encarga la restauración de una bandera que data de la Guerra de Sucesión española y que ha lucido siempre en el dance de la localidad

Los técnicos de la Fundación Santa María de Albarracín restauran la bandera.
La joya de Lidón: un estandarte de 300 años
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La pequeña localidad de Lidón ha rescatado su más preciado tesoro de las garras de la decadencia. La única bandera de la Guerra de la Sucesión española que se conserva en la provincia –o al menos no hay constancia de ninguna otra– recibirá a partir de ahora el trato que se merece. Tras su restauración por parte de técnicos de la Fundación Santa María de Albarracín, el estandarte se expondrá en una vitrina especial en el salón de actos del Ayuntamiento para que todo el mundo pueda contemplarlo. Será el principal recurso turístico de este municipio del Campo de Visiedo.


La bandera, cosida en seda, se encontraba en un estado de gran deterioro, con numerosos parches fabricados en tela de algodón que se habían ido incorporando a lo largo de los años para ocultar sus enormes rotos. Su restauración ha sido una labor compleja, pero necesaria tras detectar el Ayuntamiento el valor real de la enseña. "Siempre habíamos creído que este distintivo estaba ligado al dance que tradicionalmente se baila el 20 de enero, en honor a los patronos de la localidad San Fabián y San Sebastián", explicaba el alcalde, Joaquín Juste. "Nunca imaginábamos que se tratara de una bandera de 1700, protagonista de un importante episodio histórico", agregó.


Después de ser enarbolado decenas de veces por un abanderado que, al final del dance efectuaba filigranas en la plaza del pueblo, el estandarte había sufrido graves daños, que afectaban a su delicada tela de seda. El paloteo de los danzantes, y los versos del diablo, el ángel o el mayoral, no serían lo mismo sin esta tela que durante siglos ha coronado la representación tradicional en las fiestas mayores del pueblo.


Para evitar mayor deterioro, el Ayuntamiento ha confeccionado una réplica con la que se acompaña el baile. La bandera auténtica ya forma parte del patrimonio más valioso del municipio, por lo que preside un folleto turístico municipal, en el que se relata la historia de la insignia, encargada por el marqués de la Cañada, Juan Ibáñez, para timonear un regimiento, oriundo de Lidón, al servicio de Felipe V durante la Guerra de la Sucesión. La contienda civil, que enfrentó a partidarios de los Borbones y los Austrias para ocupar la corona española, se originó tras morir Carlos II sin descendencia.


Pero el pueblo tuvo conocimiento de este episodio hace unos veinte años, cuando el Ayuntamiento decidió dirigirse al Instituto de Estudios Geográficos para obtener información de la bandera que siempre se había guardado en un armario, en el Consistorio.


"Nos dijeron que tenía trescientos años y que era de la Guerra de la Sucesión por una serie de cenefas que tiene", aclaraba el alcalde. Otro informe posterior, en este caso del Ejército, también apuntó la posibilidad de que su origen fueran las Guerras Carlistas, "por el aspa que luce", comentaba Joaquín Juste. "No obstante, hemos visto otros emblemas de esta época y no son como el de nuestro pueblo", puntualizó.


En la restauración se han gastado 3.700 euros, pero la corporación municipal cree que este desembolso era necesario para devolver su lustre a la joya de Lidón.


La bandera original ya no presidirá el dance, un baile que fue rescatado en los años ochenta del siglo pasado tras ser prohibido durante la Guerra Civil española. En la época más reciente solo se ha celebrado en cuatro ocasiones. En el pueblo ya no quedan jóvenes para interpretar el baile y tampoco es fácil adaptar a la actualidad los versos que contiene la representación teatral, críticas o anécdotas que han ido sucediendo en el pueblo a lo largo del año.