CURIOSIDADES

Un volantazo hacia la blogosfera

Los taxistas de la capital aragonesa son auténticos recolectores de anécdotas. Acumulan historias que hasta hace poco solo podían contar a sus amigos. Ahora, gracias a internet, dos zaragozanos han decidido compartir sus experiencias con el resto de la sociedad.

José Antonio Casamián
Un volantazo hacia la blogosfera
CARLOS MONCÍN

José Antonio Casamián, de 43 años, tiene un problema, o una virtud. No puede vivir sin una de sus mayores aficiones. Ni siquiera en el trabajo es capaz de despegarse de ella. José es taxista, pero en cuanto tiene un momento de descanso se convierte en bloguero. "Siempre llevo el portátil y el 'pincho' del internet conmigo y aprovecho las paradas para actualizar", explica. Ya lleva casi dos años enfrascado en esta aventura y ha conseguido plasmar en su bitácora 'Zaragozabloggertaxi' el ir y venir de la ciudad visto a través de los retrovisores de su taxi.

 

Todo empezó en abril de 2008 y lo hizo casi por casualidad. "Conocí el mundo de los blogs, me pareció curioso y me di cuenta de que merecía la pena", explica. Pero José no se quedó allí. Quiso utilizar su nuevo descubrimiento en favor de algo. Y ese algo fue una de las realidades que le resultaban más cercanas: el colectivo del taxi. Quería sanear la imagen de sus compañeros a través de las situaciones a las que se enfrentan diariamente. "Todavía existen muchos tópicos acerca de esta profesión", puntualiza.

 

En esta labor no esta solo. El joven Marco Navarro, de 28 años, es otro de los taxistas zaragozanos que recoge en su blog, 'Diario de un taxista de Zaragoza', el día a día de este colectivo. Recuerda una de las primeras anécdotas que recogió en su bitácora. Fue el 14 de junio de 2008. Una chica le vomitó en el coche, él le dijo que el trayecto había concluido, el novio de ella se enfadó y el asunto acabó con unas cuantas magulladuras.

 

Desde entonces la lista de anécdotas se hace cada vez más larga. Clientes que no pagan, gente sin dinero que necesita llegar inevitablemente a un sitio o el traslado de algún coma etílico.

 

Sin embargo, Marco advierte de que en un taxi ocurren muchas historias "incontables". Yo solo escribo aquello que es apto para todos los públicos, tiene un carácter anecdótico y de lo que se puede extraer una moraleja. Por eso no actualiza todos los días. "Solo cuando encuentro algo digno de contar". Eso sí, si lo hace, no puede irse a la cama sin 'postearlo', a pesar de que Marco trabaja en el turno de noche y nunca llega a casa antes de las 7.00.

 

José, sin embargo, no puede pasar un día sin actualizar. "Esto engancha", bromea. Así que cuando el taxi no le proporciona la historia, la busca en otra parte. Frecuentemente la encuentra en su familia o en cuentos de escritores profesionales.

 

Pero José y Marco no son los únicos. A muchos taxistas españoles les ha dado por el mundo del blog. "Es que el taxi es como una butaca de psicólogo y realmente llegas a saber cómo se encuentra la gente", comenta José. "Tenemos acceso a mucha información"; añade Marco.

 

Los dos valoran positivamente la experiencia. Marco reconoce que para él es una manera de canalizar y exteriorizar todo lo que vive en el trabajo. "A mí, sin embargo, me permite recordar qué pasaba en la ciudad hace un año y qué es lo que opinaba al respecto. Además, es una manera de conocer a gente. Sigo 70 blogs de taxistas de diferentes países", comenta José. Estos contactos son precisamente lo que le han permitido entrar a formar parte de un canal de Twitter llamado 'Taxiaeropuerto'. "Gracias a esto, pronto se podrá pedir un servicio por Twitter", explica José.

 

Este taxista espera poder seguir escribiendo durante mucho tiempo. El blog de Marco, sin embargo, tiene fecha de caducidad. El próximo año terminará sus estudios de Derecho y, entonces, dejará el taxi por la abogacía. "Aunque tampoco descarto empezar un nuevo blog sobre las experiencias de un letrado", confiesa.