VISITA DEL PAPA

Los pilares de un arquitecto genial

Desde que el Papa ungió en aceite el altar mayor, una inmensa roca de porfidio de 7,5 toneladas que fue trasladada desde Irán, el sueño al que Gaudí dedicó 43 años de su vida quedó abierto al culto.

Aspecto que presentaba la Sagrada Familia durante la misa celebrada por el Papa.
Los pilares de un arquitecto genial
R. R./AFP

Poco después de las diez de la mañana, Benedicto XVI empujó ayer las dos grandes puertas de bronce de la fachada de la Gloria. Con la apertura del gigantesco portón -cinco metros de altura y cuatro toneladas de peso- comenzó la ceremonia en la que el Papa elevó a basílica la Sagrada Familia de Antonio Gaudí, llamada a ser la gran obra arquitectónica del catolicismo del siglo XXI.

"Es un signo visible del Dios invisible, a cuya gloria se alzan estas torres, saetas que apuntan al absoluto de la luz y de Aquel que es la Luz, la Altura y la Belleza misma", manifestó el Papa en la ceremonia de consagración del templo, en construcción desde hace 128 años. Era el punto culminante no solo de su visita a Barcelona, sino de su segunda visita a España, iniciada el sábado en Santiago de Compostela.

Desde que Benedicto XVI ungió en aceite el altar mayor, una inmensa roca de porfidio que pesa 7,5 toneladas y fue trasladada desde Irán, el sueño al que Gaudí (1852-1926) dedicó 43 años de su vida quedó abierto al culto. Y el Papa dedicó las mayores de las alabanzas al maestro modernista que unió su elevado arte a la religión católica. "Recordamos, sobre todo, al que fue alma y artífice de este proyecto: a Gaudí, arquitecto genial y cristiano consecuente, con la antorcha de su fe ardiendo hasta el término de su vida, vivida en dignidad y austeridad absoluta", dijo el Papa durante la ceremonia, a la que asistieron 6.500 personas, entre ellas los Reyes.

Otras 36.000 ocuparon sillas colocadas en las inmediaciones del templo para seguir por pantallas gigantes una misa papal en la que Gaudí fue también protagonista.

El arquitecto, que murió en 1926 días después de ser atropellado por un tranvía en Barcelona, está enterrado en su obra cumbre. El Vaticano tiene abierta una causa de beatificación del maestro modernista y esta puede estar concluida antes de que finalice la construcción de la Sagrada Familia. Hasta 2024 no estará acabada esta biblia modernista de piedra y esbeltos pilares.

"Me ha conmovido especialmente la seguridad con la que Gaudí, ante las innumerables dificultades que tuvo que afrontar, exclamaba lleno de confianza en la divina Providencia: 'San José acabará el templo'. Por eso ahora no deja de ser significativo que sea dedicado por un Papa cuyo nombre de pila es José", dijo Joseph Ratzinger.

Bula de promulgación

No es habitual que un Papa consagre un templo. Lo habitual es que la dedicación de una catedral o una iglesia notables la lleve a cabo el obispo de la diócesis. Pero en esta ocasión lo hizo el propio Benedicto XVI. El cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martinez Sistach, fue el encargado de leer la Bula de promulgación de la Sagrada Familia como basílica sellada por el Papa. Sistach quiso darle solemnidad al acto y exhibió el papiro a los asistentes.

La primera piedra de la Sagrada Familia, planteada inicialmente como obra neogótica, se colocó en 1882. Un año después Gaudí entró en el proyecto y acabó asumiendo las riendas del mismo. Y cambiando completamente su concepción.

Diseñó una iglesia de grandes dimensiones, con planta de cruz latina y 18 torres altísimas en vez de una, que simbolizan a Jesús, la Virgen, los cuatro evangelistas y los doce apóstoles. El templo está en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.

Gaudí "hizo algo que es una de las tareas más importantes hoy: superar la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana, entre existencia en este mundo temporal y apertura a una vida eterna, entre belleza de las cosas y Dios como Belleza. Esto lo realizó Antonio Gaudí no con palabras, sino con piedras, trazos, planos y cumbres", aseguró el Papa, en una misa que ofició en parte en catalán.

Han pasado 128 años desde el inicio de su construcción y ahora mismo hay acabada una tercera parte del edificio, incluida la nave central, en la que el Papa celebró ayer la misa y que desde el oficio podrá albergar el culto religioso.

De las 18 torres, faltan aún diez, incluidas las dos mayores. La fachada del Nacimiento, desde la que el Papa rezó ayer el Ángelus, sí está lista. Se ejecutó en vida de Gaudí. De la de la Pasión se hicieron cargo algunos discípulos del maestro desde medidados de los 50. Y la de la Gloria, la principal, aún tiene que terminarse.

"El genio de Antonio Gaudí, inspirado por el ardor de su fe cristiana, logró convertir este templo en una alabanza a Dios hecha en piedra", dijo Benedicto XVI durante el rezo del Ángelus.

Desde la muerte de Gaudí han continuado sus pasos otros seis arquitectos, que han seguido sus planos y sus directrices.

Símbolo de Barcelona, la obra cumbre del arquitecto catalán es el edificio más visitado de la segunda ciudad de España. El año pasado entraron en él 2,3 millones de personas. El dinero que pagan por hacerlo y las donaciones son la fuente de financiación de la construcción de este templo expiatorio. Con las entradas-donativo se recaudaron 25 millones de euros en 2009.

El japonés convertido al catolicismo

La conversión al culto de la Sagrada Familia ha hecho cumplir el sueño del genial arquitecto Antonio Gaudí, católico devoto en proceso de beatificación por la Iglesia. "Vendrán de todas partes para ver qué estamos haciendo", pronosticó Gaudí a principios del siglo XX, sin prever que esta afirmación se haría realidad un 7 de noviembre de 2010.

La Sagrada Familia es la novena basílica de la capital catalana, después de la catedral, Santa María del Mar, la basílica de la Mercè, la basílica de Santa María del Pi, Sant Josep Oriol, la Concepción, el Sagrado Corazón de Jesús del Tibidabo y la de Sant Just i Pastor.

Uno de los casos más emblemáticos de su encanto es el del arquitecto japonés Etsuro Sotoo, quien llegó a Barcelona en 1978 y por casualidad entró en la Sagrada Familia, decidiendo que quería trabajar en él picando su piedra "viva". Su pasión fue tan grande que años después se convirtió al catolicismo y es autor de las esculturas de los ángeles cantores y músicos de la fachada del Nacimiento, de la restauración del Claustro del Roser y de la decoración de los ventanales.

La llegada de la modernidad a Barcelona, simbolizada por el AVE, contrasta con el modernismo ideado por Gaudí. Según el trazado definitivo, el tren de alta velocidad llegará a la ciudad por la calle de la Riera Blanca y entrará en la estación de Sants. Desde allí recorrerá el túnel bajo las calles de Provena, Diagonal y de Mallorca, muy cerca de la Sagrada Familia.

La definición del trazado ha pasado por numerosos avatares, sobre todo debido a la oposición vecinal y por parte del patronato del templo, que ha llevado sus quejas a la Eurocámara, la Audiencia Nacional y la Unesco. Estas instituciones, sin embargo, han avalado el proyecto.