Lublin, Polonia. Lo que fue el Este y ahora se arrima al Oeste, a la vida. Su presencia en Eurocities representa una evidencia más.

Afortunadamente, ya no existen las barreras de antes.

¿Se refiere al Telón de Acero?

Llámele usted como quiera. Yo hablaría de un tiempo nuevo que ahora disfrutamos, de una forma distinta de relacionarnos, de entendernos entre los países, entre las ciudades. Este foro privilegiado, Eurocities, es una prueba muy clara. Que esté Polonia, que esté mi ciudad, es un indicador muy claro de nuestra presencia en la vanguardia. Todo lo demás forma parte del pasado.

¿La fe salvó a los polacos?

Somos gente tenaz, profundamente creyente.

Ahí quería llegar. El país católico encajonado entre dos caracteres tan pronunciados como el alemán y el ruso. La destrucción en la II Guerra Mundial. Medio siglo de tiranía comunista...

Y así, con tanto sufrimiento, hemos llegado hasta aquí.

¿Habría sido todo distinto sin Juan Pablo II?

Probablemente, no habría sido. ¿Es usted católico?

Católico pecador; pero católico al fin y al cabo. Católico, apostólico, romano... y aragonés, claro.

Polonia es profundamente católica. El 90 por ciento de la población es católica. Todo el mundo sabe lo que Juan Pablo II hizo por nosotros, por Polonia.

Luz pura en medio de la oscuridad soviética.

Se fue a Roma, pero siempre estuvo con nosotros, con su pueblo.

El 'habemus papam', sus primeras palabras desde el balcón del Vaticano con la sonrisa entre los labios: "Llego lleno de esperanza desde una país lejano".

Afortunadamente, ese país lejano está ahora mucho más cercano. Estamos aquí, en Eurocities.

Quizás esa imagen sea una de las importantes de la segunda mitad del siglo XX. Nadie hizo más que Karol Wojtyla por derribar los muros que se edificaron desde que la bandera roja ondeara en el Reichstag, en la toma de Berlín, en el final de la II Guerra Mundial, en la división de mundo, en el inicio de la Guerra Fría.

Él conocía bien nuestros problemas, pues era polaco. Juan Pablo II aglutinó todas nuestras ilusiones. Le recuerdo que, entre otras cosas, fue durante 20 años profesor de la Universidad Católica de Lublin. Aunque estuviera en Italia, fue el mejor presidente de Polonia, el mejor alcalde de Lublin. Sin ninguna duda, es uno de los grandes protagonistas del siglo XX. Y, junto a Helmut Kohl, Gorbachov o Reagan, el creador de este mundo nuevo tras la caída del Muro de Berlín.

¿Qué nos viene a vender Adam Wasilewski desde Lublin?

Somos una de las principales ciudades de Polonia. Estamos bien comunicados y queremos dotarnos de más estructura, queremos crecer. Pensamos que este foro, Eurocities, y las decenas de ciudades y países con nuestras mismas inquietudes son adecuados para expresarnos.

¿Qué le ha parecido Zaragoza?

El Auditorio es magnífico, y la organización la han cuidado hasta el mínimo detalle. Tenemos pensado ir a la basílica (el Pilar) y a otros puntos de la ciudad. Está bien comunicada. Acaba de celebrar la Expo y pienso que ha tomado un impulso importante. Es una gran ciudad.