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Cabezas: «Mi familia ha sido fundamental»

El jugador del CAI Zaragoza, Carlos Cabezas, dedica unos minutos a hablar con nosotros

Entre gigantes, tiene guasa esto de llamarse Carlitos.


Mi padre también se llama Carlos. Por eso, lo de Carlitos.


Tanta guasa como la familia Cabezas.


El primero en ser conocido fue mi tío, Hugo Cabezas, futbolista del Betis.


¿Del Betis de Cardeñosa, Gordillo, Bizcocho, Biosca?


Mi padre conoció a mi madre, Carmen, en Sevilla. Yo nací en Málaga, y mi hermana, Silvia, en Granada. Mi padre jugaba a baloncesto en el Oximesa de Granada, con Franco, los hermanos Álvarez?


Tiene poco de casualidad que usted juegue al baloncesto.


Siempre estaba con mi padre. Mi familia ha sido fundamental en mi carrera. Recuerdo que lo multaron porque un día entré al vestuario del Oximesa con un cochecito que me habían regalado los Reyes.


¿Era un Alonso en potencia?


Si solo tenía cuatro años, hombre.


¡Ah!


También recuerdo cuando Wayne Brabender, del Real Madrid, le firmó a mi padre un autógrafo dedicado a mí. Decía: «De Wayne Brabender, para Carlitos Cabezas, que por lo menos seas tan bueno como tu padre».


Deseo cumplido.


Cuando entré en el Unicaja tenía 13 años. Vivíamos en Marbella, a 60 kilómetros de Málaga. Subir y bajar todos los días...


Mereció la pena.


Debuté muy pronto con el Unicaja. Logramos ganar la Liga, la Korac, la Copa del Rey, jugar una Final Four...


Además, ha integrado la más brillante generación del baloncesto español. Y ha logrado canastas decisivas para España.


Hubo un triple fundamental ante Estados Unidos en el Mundial de Lisboa. Antes, gente como Gasol, Navarro, Raúl López, Calderón, Felipe Reyes, Berni, Germán y demás ya nos habíamos dado a conocer en Manheim. Me siento muy afortunado: España lo ha ganado todo, incluso por encima de Estados Unidos.


El reloj que lleva en la muñeca lo pueden lucir pocos.


Nos lo regaló Pau Gasol cuando ganamos el Europeo de Polonia.


¿Un españolito gobernando la NBA?


Además de ser un jugador de 215 centímetros que juega como si midiera 190, es mucho más. Es inteligente, es persona, es un 'crack'.


¿Cómo llegó a Zaragoza?


Estaba en el Unicaja y recibí una oferta irrechazable del Khimki ruso. No vea, un boquerón de Marbella como yo, a 25 grados bajo cero...


¡Qué frío!


En Rusia estuve un año. Luego, me llamó el CAI. DP me habló fenomenal del club. Me encuentro muy a gusto. Es un club serio, que paga al día, cosa de la que lamentablemente no pueden presumir todos. Además, la afición es muy buena.


¿Añora Andalucía?

Me he adaptado muy bien. Incluso podemos disfrutar del flamenco. El otro día, Pablo Aguilar estuvo con el Cigala. También solemos quedar alguna vez con Paquito de Guadix.


Paquito de Guadix: ¡El hombre que llama rodaballo a Adebayor!


Es un monstruo, Paqui. Hemos pasado ratitos muy buenos con él. Es un tipo de lo más singular que he visto en mi vida.


Que ha visto y que verá...


«DP me habló fenomenal del CAI. Me encuentro muy a gusto en Zaragoza»