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Al Justicia por un bordillo

César Lolumo ha tenido que acudir al defensor del pueblo aragonés para que el Ayuntamiento resuelva una reclamación -diez meses después- sobre un posible defecto en un carril bici del centro de Zaragoza.

César Lolumo señala el resalte, casi imperceptible, entre la acera y el carril bici
Al Justicia por un bordillo
QUICO GIMENO

César Lolumo siente que el Ayuntamiento de Zaragoza le ha dado un trato injusto. Hace casi un año presentó una reclamación porque su hija se cayó mientras circulaba por un tramo de carril bici que, a su modo de ver, tiene un defecto de construcción. Según la ley, el consistorio tenía un plazo improrrogable de seis meses para resolver su petición, pero la respuesta no llegó hasta el pasado 16 de abril, con cuatro meses de retraso, y solo después de que tuviera que intervenir el Justicia.


"Es sospechoso que me llegue la resolución quince días después de que el Justicia se la reclame, y siento que se han ensañado conmigo, porque no se limitan a rechazar mi reclamación, sino que me acusan veladamente, citando varias sentencias del Tribunal Supremo, de no cuidar bien de mi hija y de ser el responsable de su caída. Yo no pedía dinero ni compensaciones de ningún tipo, solo que tomaran nota de ese defecto y que lo señalizaran, porque varios vecinos me comentaron que se producen bastantes caídas en ese tramo, y me pareció que con esta reclamación podía ayudar a que lo cambiaran".


Los hechos se remontan al 15 de junio de 2008, día de la inauguración de la Expo. César paseaba en bici con su hija por el tramo de carril de Echegaray y Caballero situado entre el puente de Santiago y el de la Almozara. "Entre el carril y la acera hay un pequeño resalte, imperceptible, que no aparece en la mayoría de los tramos. Mi hija, como tantos otros ciclistas, no lo vio al pasar a la acera, y se fue al suelo. Por suerte, no se hizo ninguna herida grave".


Al día siguiente, César presentó dos reclamaciones: una instancia general y una reclamación patrimonial en la que, pese al nombre de esta figura administrativa, no reclamaba dinero alguno. Por la primera recibió una respuesta un mes después, negando que el resalte fuera un defecto de construcción.


En febrero, al no recibir una resolución de la otra reclamación, se dirigió al Justicia, que admitió a trámite su petición, y el 27 de marzo remitió un escrito al Ayuntamiento sugiriéndole que resolviera la reclamación, subrayando que debería haberla ejecutado más de tres meses antes. El 16 de abril se produjo al fin.


En ese documento, el consistorio argumenta que no se ha demostrado "causalidad" entre el resalte y la caída de la niña, ya que la Policía Local no fue testigo de la caída, y deniega cualquier rectificación del trazado de ese tramo, aportando ejemplos de otras ciudades europeas "con una dilatada cultura ciclista" donde hay resaltes parecidos.