Tercer Milenio
En colaboración con ITA
Logística verde de última milla: sensores y gemelos digitales para recibir tu paquete cuanto antes
Junto a 27 socios, Itainnova aplicará tecnologías digitales en el proyecto europeo Decarbomile que pretende mejorar el último tramo de las entregas.
Cuando un paquete llega a tu casa lleva recorrido un largo camino de gestión logística en el que una parte resulta clave: justamente el tramo final, la última milla. La última parte del proceso de entrega de un pedido, cuando el producto es derivado hacia el cliente final, "tiene una enorme incidencia tanto en los costes logísticos como en la experiencia del cliente y su satisfacción por la compra", explica David Escuin Finol, responsable de Proyectos en Tecnologías Digitales de Itainnova.
Claro, todos esperamos recibir nuestro paquete lo antes posible –especialmente si es, por ejemplo, un alimento fresco encargado ‘online’ con entrega a domicilio en el día–, pero, además, estas entregas tienen un enorme impacto en la calidad de las ciudades y su impacto medioambiental. También es esencial el factor de competitividad. "Con la última milla, las empresas que pueden ofrecer entregas rápidas y cómodas –añade– tienen una ventaja competitiva en el mercado, para ganar y retener clientes".
El Instituto Tecnológico de Aragón participa en el proyecto europeo Decarbomile, que pretende mejorar y descarbonizar la logística verde de última milla aplicando en toda Europa los métodos, herramientas y metodologías de entrega mejorados que van a ser desarrollados "para conseguir un modelo de ciudad más amable".
Estas soluciones demostrarán su potencial en cuatro laboratorios, uno de ellos en España, en Logroño, y los demás en Nantes (Francia), Hamburgo (Alemania) y Estambul (Turquía). Además, cuatro laboratorios satélite –ubicados en Tallin (Estonia), Getafe (España), Gante (Bélgica) y Sarajevo (Bosnia-Herzegovina)– participarán a menor escala para probar y estudiar la solución en sus propios contextos locales.
Itainnova es socio técnico del proyecto Decarbomile y coordina las actividades de implantación de gemelos digitales en los ‘living labs’. También desarrollará las tecnologías digitales que permitirán mejorar el flujo de información a través de espacios de datos colaborativos y los algoritmos de planificación para la coordinación de entregas en la última milla.
El proyecto comenzó en septiembre de 2022 y se encuentran en proceso de definición los ‘living labs’ de Logroño, Hamburgo, Nantes y Estambul, al tiempo que se están construyendo las soluciones tecnológicas que permitan adecuar la última milla a un reparto más sostenible y optimizado mediante la colaboración.
"Durante los primeros meses, los socios, tecnologías y proveedores están definiendo los requisitos de cada ‘living lab’ para adecuar la tecnología al impacto que se quiere conseguir –indica Escuin–. Se han identificado previamente, junto a las autoridades locales, los indicadores clave que se desean mejorar y todas las actividades serán llevadas a cabo de acuerdo a los Planes de Movilidad Urbana Sostenible y la normativa local" de cada enclave.
Reducir el impacto medioambiental
¿Dónde está el componente verde, descarbonizado, de este proyecto? El reto es reducir el impacto medioambiental mediante la colaboración y las mejoras introducidas en la lógistica de última mila. En los ‘living labs’ se emplearán ‘hubs’, lugares ubicados estratégicamente para concentrar mercancías –productos tecnológicos, regalos, ropa, calzado...– y permitir el reparto desde ahí a los clientes finales.
Son muchos los elementos a tener en cuenta para que todo encaje. "Cuando se apuesta por la última milla como punto de entrega, un aspecto que no se debe dejar atrás es la optimización de las rutas de transporte. La sincronización de vehículos, personal y entregas debe ser muy precisa, para no desperdiciar tiempos y llegar en hora proporcionando un buen servicio", destaca David Escuin.
Por otro lado, "hay que estudiar cómo será el tamaño de los paquetes que se van a enviar, así como las características de los productos que van en su interior". Otro de los desafíos más importantes, completa, "son los puntos de recogida que son resueltos, entre otros medios, con la instalación de taquillas inteligentes".
Como resultado del proyecto, se espera reducir los kilómetros recorridos en el transporte de última milla y emplear bicicletas y, en ciertos casos, barcazas para el reparto en el interior de las ciudades. Como no tiene mucho sentido ver furgonetas transitando por la ciudad a la mitad de su capacidad, incluso aunque vengan de la misma plataforma logística, otro de los planes es "compartir vehículos entre diferentes operadores con el fin de aprovechar el espacio y los volúmenes". A ello se unen la previsión de demanda y la utilización de gemelos digitales para la evaluar nuevos modelos de negocio y reparto.
Las claves
- Colaboración entre los agentes en un marco regulatorio para optimizar las entregas y favorecer sinergias.
- Nuevos modelos de negocio con servicios de valor añadido.
- Integración urbana y optimización de la gestión del espacio Preparar el camino hacia niveles de madurez tecnológica altos en las herramientas de integración urbana.
- Regulación Las actividades de Decarbomile se llevarán a cabo de acuerdo con los Planes de Movilidad Urbana Sostenible y la normativa local.
- Infraestructura digital para la colaboración operativa Los socios expertos en TIC garantizarán la comunicación de datos entre sus tecnologías y desarrollarán sus algoritmos de optimización y gemelos digitales de acuerdo con las necesidades de las ciudades, priorizando su futura integración en los ‘living labs’.
Siguiendo la pista de cada entrega
Un gemelo digital es un modelo virtual que permite realizar simulaciones para diseñar, probar y optimizar sistemas antes de implementarlos en la vida real. Itainnova aportará al proyecto Decarbomile su conocimiento tecnológico en gemelos digitales "para proponer herramientas y metodologías que permitan a las ciudades evaluar las condiciones de entrega, compartir recursos y medir la eficiencia en las operaciones, no solo en emisiones y gasto, sino también conectar el reparto digital mediante sensores que ofrezcan información en tiempo real y ayuden a tomar decisiones", señala David Escuin, responsable de Proyectos en Tecnologías Digitales.
En Logroño, los sensores ubicados en las bicicletas de reparto "facilitarán la gestión de los pedidos y, reflejados en el gemelo digital, harán posible conocer el estado del vehículo de cada momento".
En laboratorios con canales, como Hamburgo, los sensores instalados en las barcazas transmiten su ubicación real. Considerando cómo afectan las mareas al nivel del agua en los canales, un gemelo digital ayudará a elegir otra ruta o a tomar la decisión de esperar o continuar el reparto por otras rutas.
No se trata de inventar la rueda, pero sí de mejorar lo que ya existe. El objetivo del proyecto Decarbomile es utilizar y mejorar las soluciones existentes y lograr su interoperabilidad, de forma que sean más eficientes y complementarias. Otros de los equipos innovadores que se mejorarán, "en los ‘living labs’ de las ciudades donde mejor encajen", son los microcontenedores, "contenedores modificados o personalizados de tamaño más pequeño para adaptarse a necesidades específicas".
Las taquillas inteligentes, conectadas con sensores a internet y con pantallas táctiles, ofrecen soluciones de almacenamiento y gestión de objetos, documentos o pertenencias de manera eficiente y segura. "Se pueden emplear como ‘hubs’ o centros para el almacenamiento temporal de pedidos y paquetes. Su tecnología aporta seguridad y privacidad".
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