Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Bio, bio, ¿qué ves?

Vacuna invertida: la vacuna para enfermedades autoinmunes que funciona ‘al revés’

Las vacunas invertidas buscan eliminar la memoria del sistema inmunitario frente a los autoantígenos para tratar las enfermedades autoinmunes sin necesidad de suprimir toda la actividad del sistema inmunitario.

La memoria inmunológica es la base de las vacunas.
La memoria inmunológica es la base de las vacunas.
Freepik

En ‘Alicia en el País de las Maravillas’, la película animada de Disney de 1951 inspirada en el libro homónimo de Lewis Carroll, se cantaba ‘Feliz no cumpleaños’. Cuando la Alicia de dibujos animados conoce al Sombrerero Loco y al resto de sus compañeros, los encuentra celebrando la más loca de las fiestas de cumpleaños, pues nadie cumple los años ese día. Los cumpleaños son divertidos, hay globos y música, cosas deliciosas para comer y beber, amigos y muchas risas. Así que, ¿por qué no celebrarlos los 364 días restantes del año? Esa es su particular filosofía.

En su locura, el Sombrerero, la Liebre de Marzo y el siempre somnoliento Lirón, tienen algo de razón. La vida al revés, como cantaba Fran Perea, puede tener mucho de divertido. Celebrar fiestas porque sí, sin que haya ninguna razón, es estupendo. También podría ser genial si damos la vuelta a la semana laboral. ¿Quién no querría trabajar dos días y descansar cinco?

Dar la vuelta a lo habitual podría tener consecuencias positivas más allá de lo que se pueda sospechar. Así lo demuestra una investigación reciente que ha decidido dar un giro a las vacunas, ni más ni menos. O, más bien, al concepto de vacuna.

El sistema inmunitario recuerda

El sistema inmunitario nos protege de amenazas externas, como virus o bacterias, y también frente a problemas internos como los tumores. Para ser más eficiente, el sistema inmunitario no solo debe atacar, sino también recordar, pues quienes no recuerdan la historia están condenados a repetirla.

Cuando el sistema inmunitario encuentra una molécula extraña, que recibe el nombre de antígeno, despliega todo su arsenal de ataque. Esto es lo que se conoce como respuesta inmunitaria. Y ojo, que ese ejército no solo cuenta con artillería pesada: son igual de importantes sus archiveros.

Tras interactuar con un antígeno concreto, parte de las células del sistema inmunitario adquieren el estatus de ‘células de memoria’. Su misión será patrullar el cuerpo por si vuelven a encontrar a ese antígeno. Si eso ocurre, se activarán a toda prisa para neutralizar la amenaza en un santiamén.

Esta memoria inmunológica es la base de las vacunas. Al vacunarnos, se busca crear células de memoria, ahorrándonos el mal trago de pasar por la infección, educando al sistema inmunitario para que ataque a un patógeno que, en realidad, no ha llegado a conocer. Así, si alguna vez nos infectamos, nuestro cuerpo reaccionará muy rápido y pasaremos una versión reducida de la enfermedad, incluso quizá ni nos lleguemos a enterar.

Cuando la memoria te juega una mala pasada

Por desgracia, el sistema inmunitario no siempre funciona bien. A veces, puede extralimitarse y comenzar a atacar partes del propio cuerpo, confundiéndolas con amenazas. Estas partes propias son los autoantígenos, y al atacarlos se desencadena una enfermedad autoinmune. La esclerosis múltiple, la artritis reumatoide, la enfermedad de Crohn y un triste y largo etcétera son serios trastornos que nos causa nuestro propio sistema inmunitario.

Para evitar daños graves se recurre a los inmunosupresores, fármacos que ‘adormecen’ al sistema inmunitario. Así se frenan los ataques al propio cuerpo, pero, como daño colateral, nos pueden dejar indefensos frente a las infecciones y los tumores. El problema es que no podemos desactivar solamente las células de memoria que reconocen a los autoantígenos. Por ello, debemos apagar a todo el sistema inmunitario.

Pero esto podría cambiar muy pronto. Un grupo de investigación está desarrollando lo que ellos llaman ‘vacunas inversas’, por ser su efecto opuesto al de las vacunas clásicas: las vacunas inversas buscan desactivar las células de memoria. En concreto, las que reconocen autoantígenos. Para ello, han copiado uno de los sistemas del cuerpo para marcar como propias a nuestras moléculas y evitar que el sistema inmunitario las ataque. Este sistema consiste en recurrir a los autoantígenos con una molécula llamada N-acetilgalactosamina, tal como hace el hígado para etiquetar todo aquello que no se debe destruir. Este mecanismo se llama tolerancia.

La primera prueba de estas vacunas inversas se ha llevado a cabo en un modelo de ratón de esclerosis múltiple. Esta enfermedad degenerativa incurable ocurre porque el sistema inmunitario destruye el recubrimiento de las neuronas, provocándoles graves daños. Entre sus síntomas están problemas en la visión, el habla y el movimiento, fatiga extrema o problemas cognitivos. Sin embargo, al recurrir a su vacuna inversa, la N-acetilgalactosamina, los investigadores lograron que el sistema inmunitario cesase el ataque y los animales de experimentación mejorasen. Y no se detuvieron ahí, ya que probaron su vacuna inversa con otros modelos de otras enfermedades autoinmunes, logrando resultados muy prometedores.

Actualmente, ya han comenzado los ensayos clínicos, es decir, con voluntarios humanos, para utilizar la vacuna inversa en personas con celiaquía y pronto se va a empezar también en pacientes con esclerosis múltiple. Esta tecnología no solo parece útil para tratar enfermedades autoinmunes que ya han comenzado, sino que, además, no lleva asociados los efectos secundarios de los inmunosupresores. Los pacientes ya no quedarían expuestos a patógenos y tumores, ya que el resto de su sistema inmunitario seguiría funcionando viento en popa. Esperemos que, muy pronto, estas vacunas que funcionan al revés lleguen a los hospitales para mejorar la calidad de vida de las personas que padecen una enfermedad autoinmune. La vida al revés, ya ves lo que es. Qué razón tenía Fran Perea.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión