Juan Pons: "El gran salto de la Humanidad es ir a Marte y volver con vida"

Vino a Zaragoza para hablar del ‘largo y tortuoso camino de la Agencia Espacial Española’. ¿Ha habido muchos obstáculos para su creación?
Más bien se ha dejado de lado por parte de los gobiernos de turno. Cuando se afrontó, se hizo con un recorrido legislativo muy largo, anunciándose el 27 de mayo de 2021 y sin materializarse hasta el 20 de abril de 2023. Es relevante que se barajaran varias ciudades españolas para su creación, entre ellas Teruel. Finalmente su sede se ha llevado a Sevilla. 

¿Por qué es importante una Agencia Espacial Española?
Resulta clave tener un ‘míster’ o una ‘miss’ espacial. Sin él o ella, no podíamos acudir con un representante nacional a ningún foro. En América del Sur hay diez países con agencia espacial; en África, otros tantos; en Asia, hay una veintena de países y en Europa tienen agencia espacial hasta Monáco, Luxemburgo, Portugal, Turquía... Vamos con retraso.

¿Más agencias no supone más basura espacial?
No, de hecho se reduce la basura con satélites que la atrapen, la hagan caer a la Tierra y se queme al entrar en la atmósfera. Ahora, se fabrican satélites con estructuras autodestructibles. 

Los avances que se producen en el espacio suelen vincularse con la NASA estadounidense, ¿no son importantes los logros a nivel europeo?
La NASA es la más poderosa de todas las agencias, por detrás va China y luego, Rusia. El presupuesto federal de la NASA para 2024 es de 27.200 millones de dólares y el de la Agencia Espacial Europea está en torno a los 7.000. Entre ambas desarrollan muchos proyectos conjuntos, por ejemplo, explorar planetas como Venus.

Deduzco que hay una importante lucha de poder en el espacio.
Hoy en día la economía espacial es del orden de los 500.000 millones de dólares. Por eso, los chinos han entrado con fuerza en la carrera espacial de los vuelos no tripulados. En la de los tripulados solo compiten EE.UU., Rusia y China.

¿Se refiere a los viajes turísticos al espacio exterior?
Multimillonarios estadounidenses como Elon Musk o Jeff Bezos impulsan empresas que potencian el turismo espacial y que invitan a sentir la microgravedad y a ascender en una astronave comercial a una altura de 80 o 100 kilómetros de la Tierra. Cada pasajero tiene que pagar unos 250.000 dólares por subir y bajar en pocos minutos. Y queda el gran salto de la Humanidad, que es ir a Marte y volver con vida.

¿Cómo empezó a interesarse por este mundo?
Por la filatelia, ya que los países de la órbita de la Unión Soviética emitían muchos sellos vinculados con el espacio. Especialmente, tras la caída del Muro de Berlín, y por mi interés en la industria de la defensa, me empecé a preguntar por dónde iba a ir el conocimiento de este campo en el futuro. El potencial económico y civil del desarrollo del sector espacial es espectacular. El año pasado se colocaron en órbita nada menos que 5.465 satélites, los mismos que había hace cinco años en total. 

El lanzamiento del cohete español Miura 1 se ha pospuesto para septiembre. ¿Será este un hito a nivel nacional?
Sí, porque se trata de un nuevo motor cohete que la empresa PLD ha tenido que desarrollar, aunque no es equivalente a los lanzadores con astronautas o satélites. Dará paso al Miura 5, que será un lanzador comercial y este salto va a ser gigantesco.

Stephen Hawking dijo que habría que migrar a otros planetas porque ‘el riesgo de que un desastre destruya la Tierra es cada vez mayor’. ¿Esto es así?
Será dentro de miles de millones años, cuando el Sol explote. Hay proyectos de la NASA y la ESA para descubrir exoplanetas, que reúnan condiciones similares a la Tierra, pero están en otros sistemas solares, a miles o millones de años luz.