Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Avanzan en la lucha contra el neuroblastoma, un tipo de cáncer muy frecuente en niños

Descubren que las células cancerígenas manipulan las defensas del cuerpo para evitar que las combata, lo que podría revertirse con fármacos.

El neuroblastoma supone el 10% de los cánceres infantiles.
El neuroblastoma supone el 10% de los cánceres infantiles.
Vocento

La lucha contra el cáncer tiene muchos frentes. Uno de ellos lo conforma el neuroblastoma, uno de los tumores más comunes en niños menores de 5 años y la mitad de los cánceres en bebés. En conjunto, supone el 10% de los cánceres infantiles, según datos del hospital Vall d'Hebron. Un grupo de investigadores ha analizado por primera vez la metástasis en la médula en estos tumores y ha descubierto que las células cancerígenas manipulan a unas células del sistema inmunitario para que no las combatan. La buena noticia es que este proceso podría revertirse con medicamentos. Los resultados se han publicado este lunes en la revista Nature Communications.

El neuroblastoma se origina en las células del sistema nervioso todavía inmaduro de los menores. Aproximadamente dos terceras partes se presentan en la glándula suprarrenal, situada por encima de los riñones, o cerca de la médula espinal, en las células que controlan el ritmo del corazón, la presión y la digestión. Pueden aparecer también en el pecho, el cuello y la pelvis.

«Las células tumorales parecen manipular su entorno para que apoye su crecimiento en lugar de luchar contra ellas. Nuestro análisis ha demostrado que los monocitos reaccionan y liberan citoquinas que estimulan el crecimiento del tumor», explican.

Proteínas clave

La clave para revertir este proceso está en dos proteínas, la MK y MIF. «Los medicamentos dirigidos a MK y MIF interrumpen esta interacción y están bajo investigación. A través de la inhibición selectiva, podría ser posible devolver estos monocitos patológicamente alterados a su estado original».

Entre los síntomas iniciales de la enfermedad están la fatiga, pérdida de peso y de apetito. Si se localizan en la médula espinal, pueden causar debilidad en los brazos y piernas. Si es en el estómago, provoca dolor abdominal y problemas para orinar y evacuar.

Los neuroblastomas de bajo riesgo pueden desaparecer sin tratamiento o con cirugía. Pero cuando se ha extendido, obliga a emplear quimioterapia, radioterapia e incluso transplante de médula.

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