La Academia de España en Roma presume de artistas

La jornada "Open Studios" permite a los visitantes adentrarse por unos espacios de trabajo en los que se pueden contemplar desde creaciones audiovisuales generadas por inteligencia artificial hasta reproducciones de los ungüentos de belleza que se utilizaban durante la Antigua Grecia.

Estudiantes de la Real Academia de España en Roma ultiman sus trabajos para una jornada de puertas abiertas.
Estudiantes de la Real Academia de España en Roma ultiman sus trabajos para una jornada de puertas abiertas.
Raúl Martínez Mendo/EFE

La Academia de España en Roma abrirá este jueves las puertas de sus históricos talleres para mostrar al público los entresijos y la evolución de los procesos creativos que desarrollan los actuales residentes de una institución en la que conviven pintores, escritores, artistas conceptuales y arquitectos.

La jornada "Open Studios" permite a los visitantes adentrarse por unos espacios de trabajo en los que se pueden contemplar desde creaciones audiovisuales generadas por inteligencia artificial hasta reproducciones de los ungüentos de belleza que se utilizaban durante la Antigua Grecia.

"Recibiremos a gente que no nos conoce, lo que nos da la oportunidad de explicar nuestro trabajo y generar nuevas conversaciones con personas que no están directamente involucradas en los proyectos", detalla a EFE el escultor Pablo Arenillas.

Pero no sólo el público general pasará por las estancias de la institución: los residentes de la Academia también recibirán en sus estudios a profesionales del sector artístico y cultural de España e Italia para presentar sus proyectos y "generar nuevas sinergias creativas".

Con la exhibición de las intimidades del proceso artístico, los residentes se enfrentan por primera vez desde su llegada a Roma a una opinión profesional sobre unos trabajos aún en proceso de desarrollo y que se presentarán en una gran exposición final el 27 de junio, cuando los becados terminen su estancia en la Academia.

"Tener un feedback de gente más allá del estudio, nos ayuda a saber cómo afrontar lo que queda de la beca", reconoce la diseñadora artística Raquel Buj, del proyecto "Unguens".

El trabajo de Buj, que ocupa uno de los primeros estudios que los visitantes se encontrarán en el recorrido por los pasillos de la Academia, recoge el resultado de la experimentación con los distintos materiales naturales con los que el escritor clásico Ovidio narró las prácticas cosméticas de mujeres y hombres de hace milenios.

"En este proyecto se establece una conexión entre el presente y un pasado en el que me he adentrado como si fuera una antigua romana, preparando viejas recetas de belleza e investigando qué pasaba al hacerlas", detalla la artista.

En medio del caos previo a las puertas abiertas, el estudio de "Unguens" exhibe lentejas fermentadas, pétalos de rosa, sales minerales, ceras de abeja y otras decenas de ingredientes utilizados en la cosmética arcaica desde una mirada contemporánea.

"Me he aplicado algunos y todavía tengo piel, así que no deben ir tan mal", bromea Buj.

En una Academia de España que se encuentra en plena celebración de sus primeros 150 años de vida, las realidades pasadas se entremezclan con las presentes y futuras a través de obras que también muestran la verdad desde la fabricación de una mentira.

"Trabajo con diferentes programas de inteligencia artificial para generar fotos históricas que podrían ser reales, pero que no llegaron a existir, lo que sirve como herramienta para explorar otros caminos artísticos y llevar al mundo físico elementos de las imágenes artificiales", señala a EFE el creador audiovisual pacense Abel Jaramillo.

Quienes se sumergen en el estudio de Jaramillo encuentran las fotografías inexistentes del incendio de la antigua cárcel de Badajoz provocado durante un motín en 1978 que, bajo las llamas, se entrelaza en una historia audiovisual y pictórica con el fuego que quemó buena parte de los estudios de cine de Cinecittà, en Roma, en agosto pasado.

Porque si algo tienen en común la mayoría de proyectos que nacen entre los muros de la Academia de España es el impacto generado por la estancia de los artistas en la capital italiana, donde se nutren de la convivencia con múltiples disciplinas creativas y de la belleza de una ciudad en la que se pasea entre miles de años de historia del arte.

“Vienes aquí con un proyecto y una idea que entra en crisis y se va modificando por Roma y el contacto con otros artistas. Todo lo que da esta ciudad y la Academia hace variar nuestros proyectos y nos lleva a sitios que no teníamos pensados. Esta mezcla es la maravilla de nuestras becas”, resume a EFE el pintor Manu Muniategiandikoetxea.

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