Álvaro Bilbao: "Los niños necesitan saber que son importantes para sus padres"

El neuropsicólogo, que lidera la corriente de educar en positivo y es el autor del libro 'El cerebro del niño explicado a los padres', impartió un taller en Zaragoza.

Álvaro Bilbao en el Patio de la Infanta de Zaragoza
Álvaro Bilbao en el Patio de la Infanta de Zaragoza
Víctor Meneses

Usted es el referente para las nuevas generaciones de padres y madres que lidera la corriente de educar en positivo, ¿cuál fue el momento, el clic, en el que decide ir más allá de su trabajo de consulta y escribir sobre el cerebro del niño?Sucedió en la consulta. En ese momento estaba en auge lo que se llamaba la crianza con apego y coincidió que tenía en el hospital a un alumno en prácticas muy bueno que sabía mucho del cerebro; se llamaba Alfonso. Un día le comenté que no paraban de venir niños de cinco o seis años a mi consulta y que hacían lo que les daba la gana. Sus padres no les ponían límites. Me acuerdo que Alfonso me dijo: "Pues eso es peligroso". Ese fue el clic. Ahí comencé a escribir el libro ‘El cerebro del niño explicado a los padres’. Además, en ese momento, mis tres hijos tenían uno, dos y cinco años.

Ese fue el libro más famoso, luego ha publicado más. En ellos se presenta como doctor en Psicología, neuropsicólogo y padre de tres niños. ¿Sus logros académicos y sus galones como padre están al mismo nivel?Mis galones como padre son mucho más importantes. Hablar de educación sin ser padre es muy complicado. La experiencia real es cuando te ves frustrado, cansado, intentando mantener la paciencia en esa noche que has podido dormir dos o tres horas.

¿Cómo influye la relación padres-hijos desde que nacen en la salud mental?Es fundamental. Hoy en día tenemos la evidencia científica que demuestra la relación entre la falta afectividad, calidez y presencia de los padres con los problemas de salud mental de sus hijos como la tenemos entre el tabaco y el cáncer de pulmón. Está demostrado que unos padres presentes, cercanos y cálidos son una vacuna buenísima contra los problemas de salud mental en la vida adulta. Hay muchos estudios sobre esto.

Si los padres y madres de hace cuarenta años hubieran tenido acceso a esos estudios, ¿cómo sería ahora esta generación?
Habríamos crecido siendo adultos más seguros, más empáticos con nuestras parejas, capaces de hablar de nuestras emociones y menos traumatizados. Seríamos menos tolerantes con esas faltas de respeto o con agresiones verbales que todavía se van dando. Hay una realidad que no se ve en la calle, pero los profesionales sí la vemos en consulta y es que la población de mediana edad (de los 40 a los 60 años) está muy tocada, eso no quiere decir que los adolescentes no lo estén. Vemos muchos problemas de estrés, ansiedad y depresión. Cuando rascamos un poco en el origen, la historia que brota siempre es la misma, son casos de abandono; de padres y madres ausentes, poco afectuosos y exigentes. 

Y en el origen del bebé, ¿se puede decir que los pequeños vienen con una esencia o con un temperamento de serie?El temperamento viene de serie desde el nacimiento, pero la personalidad del niño se puede trabajar. La esencia es un tema muy estudiado, de eso habla la teoría de personalidad de los 5 factores (neuroticismo, extraversión, apertura a la experiencia, amabilidad y responsabilidad): hay niños que van a ser más extrovertidos o introvertidos; más estables o inestables; personas más abiertas a la experiencia o más cerradas y personas más propensas al neuroticismo o al psicoticismo, es decir, que siguen las normas o serán trasgresoras.
​La personalidad del niño se puede trabajar. Dos niños pueden ser muy impulsivos y uno de ellos terminar siendo un delincuente y el otro una persona saludable que le gustan los deportes de riesgo. Eso depende de la educación que reciban. Una cosa es el carácter y otra la personalidad del niño. Una persona que es introvertida nunca será extrovertida, pero podemos conseguir que sea más sociable y tenga más habilidades para relacionarse y a una persona impulsiva podemos ayudar a regularse para que sea más templada.

¿Eso cuándo se hace?Desde que empezamos a ver sus rasgos de carácter: con cuatro, cinco o seis años. Nuestro trabajo como padres es, en gran parte, ayudar a nuestros hijos a modular su carácter para que tengan distintos registros y puedan suavizar tendencias fuertes. El niño que es muy tímido, en algún momento, se tendrá que abrir. Por otro lado, al niño que es muy sociable los padres pueden ayudarle a entender cuáles de todos los amigos que tiene son los de verdad y cuáles no. Podemos modular o suavizar tendencias siempre que sea necesario, sobre todo cuando les están causando un sufrimiento en su día a día.

"Tenemos la evidencia científica que demuestra la relación entre la falta afectividad, calidez y presencia de los padres con los problemas de salud mental de sus hijos como la tenemos entre el tabaco y el cáncer de pulmón".

Este sábado estuvo en Zaragoza impartiendo un taller sobre educación en el Patio de la Infanta con la sala llena. Quizás sabe que los aragoneses llevan la fama de tozudicos desde bien pequeños, ¿qué consejo le daría a sus padres?Habrá que ver si es tozudico por carácter o porque es la etapa evolutiva normal. De los niños y niñas que tienen de dos a tres años, el 99% lo son; es el comportamientos normal en esa edad. Si sigue creciendo y sigue siendo tozudico, es muy importante ayudarle a flexibilizar, a entender que hay maneras distintas de hacer las cosas. Aunque cuidado con un tozudo bien enfocado: puede lograr lo que se proponga.

Y usted, cuando era pequeño, ¿qué quería ser de mayor?Veterinario, me encantaban los animales. Desde los seis años mi abuelo me llamaba el veterinario porque siempre andaba con animales en brazos y los cuidaba. Luego acabé siendo psicólogo porque en la parroquia nos exigían un compromiso para confirmarnos y acabé dando clases de castellano para inmigrantes. Me di cuenta que me gustaba ayudar mucho a los demás porque era lo que había hecho toda la vida. Todos los niños con problemas en el colegio siempre venían donde Álvaro.

En uno de sus vídeos que sube a las redes sociales muestra una misma escena con dos protagonistas: Un niño y un invitado. Ambos derraman sin querer un vaso sobre la mesa, ¿la reacción de los papás suele ser distinta en cada una de las escenas?Cuando a un invitado se le cae algo sobre la mesa le decimos “no te preocupes”, “¿estás bien?”, “voy a ponerte otra cerveza”. Sin embargo cuando se le cae al niño le decimos: “Pero, ¿qué has hecho”, “ahora lo vas a limpiar”, “te has quedado sin batido”. Es una escena para ayudar a los padres a conectar y para que se den cuenta de que los niños merecen el mismo respeto que los adultos. Nuestra tarea como padres es ayudarles a regularse con afecto y sin olvidar que ellos acaban de llegar a este mundo. Además, todavía tienen que aprender muchas cosas, entre otras integrar muchos reflejos primarios sin tirar cosas, modular la atención… En este caso lo más importante es que el niño limpie la mesa porque es lo que le va a ayudar a prevenir otra escena similar. Si se lo limpias tú, el aprendizaje será peor.

¿Cuál es la peor frase que pueden decir unos padres?Podría ser "me arrepiento de haberte tenido", “has sido un error” o “eres lo peor que me ha pasado”. Los niños, antes que nada, necesitan saber que son importantes para sus padres. Es una necesidad primitiva, quieren tener la certeza de saber que necesitan el regalo de la vida. La frase “no te quiero” sería el siguiente paso. Hay gente a la que le han llegado a decir cosas así.

Hablemos de otro tipo de violencia, es este caso física: ¿Considera que está normalizado el tortazo a un hijo?Diría que no está normalizado, al menos en público. La mayoría de los padres saben que eso no se debe hacer. Cuando trabajas con familias, te das cuenta de que quizás haya desaparecido en público, pero se da mucho más de lo que pensamos en casa. No son casos de padres o madres que den palizas a sus hijos, pero sí sopapos normalizados y castigos con aislamientos.

"El error más común que cometen los padres es pensar que tienen tiempo de sobra para estar con sus hijos".

¿El chantaje emocional o el castigo es eficaz para educar?Puede ser una tentación por dos motivos: porque seguramente lo hayan utilizado con nosotros y porque a corto plazo da resultado. Si queremos que nuestros hijos colaboren, entiendan y respeten hay que aplicar una estrategia completamente distinta. Hay que ayudarles a regular su comportamiento con normas, firmeza y calidez. Sabemos que cuanto más tranquilos estemos en casa, cuanto más firmes seamos con los límites y los pongamos con cariño y cuanto más prediquemos con el ejemplo, más colaboran los niños con refuerzos.

¿Cuál es el error más común que cometen los padres y las madres?Pensar que tienen tiempo de sobra para estar con sus hijos y para acercarse a ellos de una manera afectuosa. El tiempo pasa muy rápido y, antes de que te des cuenta, se han hecho muy mayores. La infancia no vuelve, nadie debería perder la oportunidad de conectar con sus hijos y disfrutar con ellos de una manera que cuando tengan 14 o 15 años no será igual.

"Los niños merecen el mismo respeto que los adultos".
Álvaro Bilbao en Zaragoza
Álvaro Bilbao en Zaragoza
Víctor Meneses

Su último libro '¡Hola familia!' es un diccionario para padres donde muestra la definición y la explicación de varias palabras. Una de ella es 'malcriar':  ¿En qué momento se llegó a pensar que tener a un hijo en brazos es malacostumbrarle?Durante el siglo XIX las familias de la alta sociedad tenían niñeras que se ocupaban de criar a sus niños y, para que los padres no se sintieran mal, los pediatras decían que si el bebé se acostumbraba a los brazos de los padres, se malcriaba. El tiempo ha demostrado que era una teoría equivocada.

Pero muchos padres y madres se sienten perdidos o superados  en algún momento y, aunque tengan claro cómo establecer límites y normas, que su hijo llore en público puede atraer muchas miradas y comentarios...Por suerte o por desgracia nunca vas a complacer a todo el mundo. Nunca vas a educar a gusto de los ojos de todas las personas. Nuestros padres nos verán muy blandos, otros nos verán muy duros. Tenemos que seguir nuestro propio camino y confiar en nuestro criterio y en profesionales, que hay mucho divulgador que no tiene ninguna formación.

También hay algunos humoristas como 'Nachter', con tres millones y medio de seguidores, que utiliza en sus vídeos escenas de una madre que lanza la zapatilla, un hermano mediano ignorado... ¿Cree que puede influir en el modelo de educación de una generación futura una parodia nostálgica de formas de educar de antaño?Casi todos los niños que conozco siguen a Nachter y yo dejo que mis hijos lo vean. Es algo inocente, se ríe de una realidad. Está tan disfrazado de humor que está justificado. Es mucho peor la violencia sutil que se puede ver en algunas ficciones. 

Esta semana saca un curso de inteligencia emocional para padres de niños de a partir de cuatro años, pero muchos se preguntan: ¿Cuándo sacará el libro titulado 'El cerebro de un adolescente explicado a los padres'?De momento no quiero escribirlo, mis hijos todavía no tienen esa edad.

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