Carnavales 2023: cómo maquillar y disfrazar a los niños sin riesgos según la OCU

Tanto los trajes como las pinturas que se usen deben cumplir con los requisitos marcados por la Unión Europea.

Unos niños disfrazados, en una imagen de archivo
Unos niños disfrazados, en una imagen de archivo
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Con la llegada del carnaval, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) lanza una serie de consejos, especialmente relacionados con la seguridad en el uso del maquillaje, los disfraces y las lentillas de fantasía. OCU recomienda ser especialmente precavidos en el caso de los niños más pequeños.


Precauciones con el maquillaje

  • No usar el maquillaje en menores de 3 años. Ni esmaltes para las uñas: tienen disolventes que pueden ser peligrosos si se llevan las manos a la boca.
  • Comprobar que lleva el marcado CE y cumple la normativa de cosméticos: debe incluir lista de ingredientes y un bote abierto con la duración una vez usado; ojo, si se abrió el pasado Carnaval podría estar ya caducado.
  • Entre los ingredientes, conviene evitar los perfumes y fragancias, así como los parabenos, el Methylisothiazolinone y otros conservantes como el BHA y el BHT.
  • Aplicar una pequeña cantidad de maquillaje en el antebrazo 24 horas antes para comprobar la tolerancia del niño al producto.
  • Conviene extender primero una crema hidratante: facilita la aplicación del maquillaje, lo mismo que su retirada. Además, disminuye la sensación de tirantez. No aplique maquillaje cerca de los ojos o de los labios.
  • Si se observa picor o enrojecimiento, aclarar con agua y no vuelva a usarlo. Afirmaciones como "hipoalergénico" o "testado dermatológicamente" no garantizan nada.

Precauciones con los disfraces

  • Un disfraz con marcado CE no debería ser inflamable, pero no está de más mantenerse lejos de las fuentes de fuego: cuidado con las bengalas, petardos o mecheros, además de las chimeneas y estufas.
  • Mejor a cara descubierta. Si el disfraz es para un niño, es preferible que no lleven la cabeza cubierta: por el riesgo de asfixia, pero también por la inflamabilidad, que si se produce es más peligrosa.
  • El disfraz debe ser adecuado a la edad del niño. Evite los que incorporan cordones y accesorios punzantes. Y si el pequeño es menor de tres años, asegúrese de que los adornos y espumas no puedan romperse y convertirse en pequeños trozos con los que se pueda atragantar.
  • Priorizar las tiendas especializadas en disfraces frente a los Marketplace de Internet, donde hay menos controles. En cualquier caso, compruebe que el etiquetado incluye la dirección del fabricante. No es mala idea confeccionar uno mismo un disfraz: es más sostenible y permite reaprovechar la ropa.
  • Una vez abierto el disfraz, tirar la bolsa a la basura para evitar que los niños jueguen con ella (por el riesgo de asfixia) y lávelo. Si no es lavable, procure airearlo 48 horas para evitar la concentración de sustancias potencialmente peligrosas.
  • Cuidado con las lentillas de fantasía: de ojos de serpiente, de zombi, de vampiro… No es recomendable adquirirlas por internet, en bazares o tiendas de disfraces; sólo en una óptica, donde un profesional supervise la venta y garantice que no se pone en riesgo la salud de los ojos.
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