sociedad

El patrimonio natural de España busca padrinos para su conservación

Uno de los proyectos solidarios con el medio ambiente es 'Apadrina un olivo', en Teruel.

Apadrina un olivo
El proyecto 'Apadrina un olivo' que se desarrolla en la provincia de Teruel, en una imagen de archivo.
apadrinaunolivo.org

Animales salvajes, como búhos reales o buitres negros, lugares de interés geológico u olivos centenarios son algunos de los ejemplos para los que distintas asociaciones e instituciones ambientales buscan cada día un padrino que contribuya a su conservación, impulsando la protección del patrimonio natural.

Un gesto solidario con el medio ambiente, pero que además puede ser empleado para lograr otros objetivos, como en el caso del proyecto 'Apadrina un olivo', que a través del apadrinamiento de olivos centenarios pretende preservar el legado cultural de la provincia de Teruel y combatir la despoblación que sufren sus pueblos.

"Nuestra meta es utilizar las nuevas tecnologías y las herramientas digitales para conectar el medio urbano y el medio rural", ha explicado el cofundador de la asociación, Alberto Alfonso, que desde 2014 busca padrinos y madrinas que ayuden a recuperar los cerca de 100.000 olivos que se encuentran en Oliete y que fueron abandonados "por la despoblación".

Su iniciativa cuenta con 7.000 padrinos repartidos por 28 países, que mediante el pago de una cuota anual de 50 euros, contribuyen a "generar vida en el pueblo", ha señalado Alfonso. Y es que más allá de conservar el olivar, la asociación fomenta el desarrollo rural mediante otros proyectos, que el cofundador afirma que les han servido para evitar el reciente cierre de una escuela de un pueblo de la zona, y para educar a los más pequeños mediante talleres sobre protección medioambiental y conservación del territorio.

Otra iniciativa que pretende salvaguardar el patrimonio natural de España es la iniciada en 2017 por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), que bajo el nombre de 'Apadrina una roca' permite que los ciudadanos apadrinen uno de los 4.050 emplazamientos que se incluyen en el inventario español de lugares de interés geológico.

"Es un sistema de alerta temprana donde la ciudadanía son nuestros ojos y nosotros transmitimos sus avisos a las administraciones para garantizar la conservación", ha detallado  la responsable del programa e investigadora del IGME, Juana Vegas, quien define como "vigilantes de las rocas" a los más de 2.000 padrinos que forman parte del proyecto.

Expolios o inclemencias climáticas

Según Vegas, este programa surgió de la necesidad de conservar el patrimonio geológico, al amparo de adversidades difíciles de controlar por el IGME y las administraciones, como expolios o inclemencias climáticas, ante lo que pensaron que aquellas personas que visitan estos lugares frecuentemente o que habitan en sus proximidades eran "los mejores vigilantes".

Para contribuir al proyecto, lo único que piden a los padrinos, que no deben pagar nada, es que visiten al menos una vez al año el lugar de interés geológico que han apadrinado e informen de cualquier anomalía que encuentren. Además, deben notificar su estado de conservación en una encuesta anual del IGME, cuyos resultados "se reportan al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y a las comunidades", ha indicado la investigadora.

Para proteger la fauna salvaje de España, el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (Grefa) lleva a cabo otra iniciativa solidaria, que bajo el nombre de "Busco padrino', contribuye a la recuperación de los animales heridos que ingresan en su centro.

Los mecenas, que abonan una cantidad de entre 100 y 300 euros según la especie y la opción de apadrinamiento escogida, apoyan así la labor de la ONG, y a cambio, pueden estar presentes en el momento de la liberación del animal y seguir sus movimientos gracias a una mochila GPS que llevan incorporada, ha explicado el coordinador de la campaña, Jorge Aguado.

Este año, Aguado afirma que ya han recibido unos 7.000 ejemplares, entre los que se encuentran especímenes de buitres negros, cigüeñas blancas, o búhos reales, y destaca que la gente siempre prefiere "los más grandes". Sin embargo, lamenta que sea "imposible" apadrinar todos los ejemplares que ingresan en el hospital de Grefa, pese a que confirma que el número de apadrinamientos "está clarísimamente al alza".

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