Con la ayuda de un láser, Samsung ha agujereado la pantalla de sus nuevos terminales y ahí ha metido la cámara para selfis. El resultado es un teléfono en el que más del 90% del frontal es pantalla. Esta es la principal novedad de los nuevos Galaxy S10, un rediseño futurista a la par que continuista, que los vuelve a convertir en uno de los teléfonos más bonitos del mercado. Pero también en uno de los más frágiles.

Existen tres modelos de S10. El más asequible de los tres es el Galaxy S10e. Costará 759 euros, cuando salga a la venta el próximo 8 de marzo, y, aunque no es una ganga, ofrece un ‘hardware’ muy interesante. El Snapdragon 855 con 6 GB de RAM y 64 GB de almacenamiento ampliables por MicroSD le aseguran espacio y potencia de sobra para hacer todo lo que el usuario demande sin despeinarse.

En el apartado fotográfico los coreanos no arriesgan, repiten el mismo sensor de 12 Mpx con apertura variable que tan buenos resultados ha dado en el pasado y añaden un gran angular de 123 grados y 16 Mpx. La cámara frontal, que incluye desenfoque dinámico y desbloqueo facial, es de 10 Mpx.

La batería de 3.100 mAh debería dar buenos resultados con una pantalla de ‘solo’ 5,8 pulgadas Full HD, además cuenta con carga rápida, inalámbrica e inversa, lo que le permite cargar otros teléfonos o ‘gadgets’ con repostaje inalámbrico –como los nuevos auriculares Galaxy Buds– con solo dejarlos descansar sobre la espalda del teléfono.

Los hermanos mayores son el S10 y el S10+, dos móviles con la tradicional pantalla con bordes curvados, de 6,1 y 6,4 pulgadas respectivamente y resolución Quad HD. Además, bajo el panel incluyen un lector de huellas ultrasónico que se suma al desbloqueo por reconocimiento facial, desaparece el escáner de iris por el que venía apostando Samsung.

Estos terminales más prémium y más caros, añaden también un tercer sensor a la cámara trasera. Se trata del 'zoom' x2 de 12 Mpx que ya vimos en el S9+ y el Note y que, como la cámara principal, cuenta con estabilizador óptico de imagen. El S10+ tiene doble cámara frontal, sumando un sensor de profundidad de 8 Mpx. La batería es de 3400 y 4100 mAh respectivamente y el almacenamiento y la RAM pueden crecer hasta unos loquísimos 1 TB y 12 GB en el S10+, que alcanza los 1.609 euros en la etiqueta.

Pero, ¿cuál me compro?

Samsung ha intentado un año más sacar el móvil perfecto. El S10 es resultado de la suma de las grandes innovaciones que otros fabricantes fueron añadiendo a sus teléfonos durante 2018: sensor de huellas en pantalla, combinación de tres cámaras con gran angular y 'zoom', carga inalámbrica inversa... Y a todo esto han sumado una pantalla agujerada que dota al terminal de un toque distintivo.

El lanzamiento de tres modelos imita la estrategia de Apple para llegar a más público. El S10e es tan potente como sus hermanos mayores, tiene una pantalla de gran calidad y dos cámaras que darán un gran resultado en cualquier situación. Sus superiores ofrecen un diseño más prémium gracias a los bordes curvados, lector de huellas en pantalla, 'zoom' x2 en la fotos y más de batería. Este último aspecto es el que más dudas suscita, habrá que esperara probarlo para quitarnos el miedo a que no aguanten hasta el final del día con un uso intensivo. Si el resultado en este apartado y el fotográfico cumplen, podríamos estar ante los mejores móviles del mercado.

S10+ de 1009 (8 GB + 128 GB) a 1609 (12 GB + 1 TB) euros. Es el más completo de todos: pantalla de 6,4 pulgadas, doble cámara selfi y 4.100 mAh de batería.

S10 909 euros (8 GB + 128 GB). Tres cámaras por detrás, una por delante, lector de huellas en pantalla, 3.400 mAh de batería y pantalla con bordes curvados.

S10e 759€ (6 GB + 128 GB). Renuncia a la cámara trasera con 'zoom' óptico, a la pantalla curvada en los bordes y el lector de huellas se mueve a un botón lateral.

Galaxy Fold. El teléfono plegable de Samsung tiene una pantalla exterior de 4,6 pulgadas y una interior plegable de más de 7. En lo demás tiene especificaciones similares a los S10+ con 12 GB de RAM y 512 de almacenamiento. Su precio se dispara hasta rozar los 2.000 euros.

Amigos llevables. Junto con los teléfonos, presentaron unos auriculares inalámbricos de 150 euros (los regalan con el teléfono), un reloj inteligente y dos pulseras de actividad, pensados todos ellos para el disfrute de los más deportistas.