Comprometida por los pelos

La artista marfileña Laetitia Ky construye obras efímeras sobre su cabeza para dar otra imagen de África y denunciar el machismo.

Laetitia Ky con diferentes peinados.
Comprometida por los pelos

La cabeza de Laetitia Ky es un mundo, literalmente. Esta creadora marfileña de 22 años se ha convertido en todo un fenómeno en la Red por su sorprendente capacidad de convertir una frondosa cabellera en efímeras esculturas, ya sean animales, bocadillos de cómic, guitarras eléctricas, revólveres o globos terráqueos. La artista cuenta con más de 42.000 seguidores y una firme voluntad de divulgar otra imagen de África, sin estereotipos. El arte de Laetitia Ky también es comprometido, porque se autodefine como una militante feminista. Entre sus últimas y más complejas elaboraciones destaca una escena en la que un agresivo individuo levanta la falda de una sorprendida mujer.

Por si a alguien no le ha llegado el mensaje, lo deja claro a sus seguidores en Instagram. "Miles de mujeres son violadas todos los días en el mundo, pero muy pocas pueden hablar de ello, quejarse o luchar. ¿Por qué? Porque nuestra sociedad 'bella' tiende a culpar a la víctima casi todo el tiempo. '¡Oh, pero no deberías salir tan tarde!'. 'Ah, pero llevabas una minifalda'. '¿Por qué te quejas si aceptas cenar con él?'. Nada justifica la violación, la agresión sexual o el acoso (...) Nunca es demasiado tarde para hablar. Incluso si el asalto tuvo lugar hace 20 años, un crimen sigue siendo un crimen, así que atrévete".

Hace tan solo unos meses que la artista encontró una nueva forma de expresarse. Decidió convertir los gruesos cabellos que peinaba con destreza desde los cinco años en la materia con que esculpir bailarinas y bodegones, orejas de conejo, árboles floridos o escenas como la que ilustra esta página. La creadora que ha llevado el body art a una nueva expresión visualiza sus propósitos y, de inmediato, los convierte en piezas de sencillo pelo. Las obras se levantan rápidamente mediante alfileres, hilos, prendedores o agujas. Se basa en los complejos peinados que lucían mujeres de las etnias locales baulé o dan, tal y como revelan las formas de las máscaras tradicionales.

Todo una corriente cultural, denominada afrofuturismo, reivindica una África utópica en la que se combinan elementos nativos y otros extraídos de la ciencia ficción. Pero Ky niega su adscripción a esta tendencia reivindicativa y asegura que ella se inspira en la vida cotidiana, siempre con humor y una impresionante destreza. En un tutorial muestra una de sus aportaciones más originales: sus 'ky braids', peculiar utilización del 'wax ivorien', tipo de paño muy utilizado que se ofrece en los mercados populares en todas clase de estampados y calidades. La artista envuelve sus tirabuzones en retales hasta cubrir su cabeza con una explosión de color, ríe y agita los mechones entelados.

Ella dice que hay otra África, que no es mísera, patética o violenta, que se da a conocer con escasos medios y abundante imaginación. Con una estética propia que se nutre de la vida cotidiana y se proyecta a través de las nuevas redes sociales. Laetitia Ky riza el rizo con una obra portátil, manejable y reciclable, encumbrada sobre su fértil pensamiento.

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