Redes sociales: ¿amigas o enemigas de nuestros hijos?

No podemos aislarlos. Las formas de relacionarse han cambiado y los padres debemos adaptarnos y asumir la responsabilidad de que las usen de manera responsable.

Hay que comprobar si los sitios que frecuentan tienen algún sistema de protección frente a contenidos no aptos.
Hay que comprobar si los sitios que frecuentan tienen algún sistema de protección frente a contenidos no aptos.
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Las redes sociales. Solo con mecionarlas a muchos padres se nos ponen los pelos de punta; sobre todo a los que no controlan demasiado el tema ‘ordenador’ y prefieren el mundo real al virtual, que los hay. Sabemos que las nuevas tecnologías son el futuro y que, si queremos ayudarles, no nos queda otra que mostrarles todo nuestro apoyo. Pero, cuando ya estamos convencidos y decididos, surge el dilema, la pregunta del millón: las redes sociales... ¿son positivas o negativas para nuestros hijos? “En principio, son positivas, ya que agrupan a personas para que se relacionen entre sí y compartan información e intereses”, responde Clara Aladrén Bueno, psicóloga educativa del grupo Imaginaula. Entonces... ¿que es lo que las convierte en negativas?, ¿por qué nos inspiran a los padres tanto recelo? Clara lo tiene muy claro: “por el uso inadecuado que hacemos de ellas”. “Evidentemente -continúa la psicóloga-, no podemos aislar a nuestros hijos de esta realidad que conforman las redes sociales. Las formas de relacionarse y de comunicación han cambiado y por eso nosotros, los padres, debemos adaptarnos a ellas y asumir la responsabilidad de educar a nuestros hijos para que las usen de una manera responsable, inteligente y productiva”. Pero... ¿cómo? Clara Aladrén nos lo explica.

Familiarizándonos con las nuevas tecnologías. Lo primero que debemos hacer los padres es conocer las redes sociales a las que están conectados nuestros hijos. De este modo, nos estaremos familiarizando con las nuevas tecnologías y los programas de comunicación que los chavales utilizan con tanta soltura. Controlando los contenidos. Es muy importante comprobar si los sitios que frecuentan tienen algún tipo de sistema de protección frente a contenidos no aptos, y en ocasiones perjudiciales para los menores. Dialogando con ellos. Nuestra mente siempre tiene que estar abierta a la hora de hablar con nuestros hijos sobre el uso que hacen de internet: las páginas que visitan, con quién chatean y qué información suben a la Red, qué datos ponen en su perfil... Lo mejor es ofrecerles nuestros puntos de vista y debatirlos con ellos. Alertando y concienciando. Hay que alertar y concienciar a los chicos de que las personas pueden cambiar su identidad cuando se comunican a través de la Red; de que cuando chatean con gente que no conocen -aunque sean supuestos amigos de sus amigos-, no deben dar sus datos personales o cualquier otro tipo de información que pueda ayudar a identificarlos; y de que tienen que evitar utilizar seudónimos provocativos o que incluyan información personal. Previniéndoles sobre los contenidos. Es fundamental prevenir a los menores de edad sobre de la veracidad de los contenidos de Internet. Tienen que aprender que todo lo que se publica o se sube a la red no es cierto; es más, que puede ser falso y muy perjudicial. Intercambiando información. El intercambio de información con los padres de los amigos de nuestros hijos es un paso básico y muy importante en esta tarea. Generando confianza. Los padres tenemos que ser capaces de generar la suficiente confianza como para que los chicos recurran a nosotros, los adultos, ante cualquier situación difícil, peligro o amenaza que se les pueda presentar cuando están sentados frente al ordenador. Construyendo reglas. Es imprescindible acordar, establecer reglas con ellos para navegar por internet, siempre consensuadas, claro, y, por supuesto, sin imponérselas. Enseñándoles a respetar. Si queremos que nuestros hijos respeten a los demás, tanto en la Red como fuera de ella, en la vida real, debemos enseñarles primero a respetarse ellos mismos. Asumiendo su identidad. Y, para terminar, un último consejo, no por ello menos importante: los chicos tienen que aprender que su identidad digital y la personal es la misma.

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