Música, baile, magia y humor en la sala Mozart por la donación de órganos

La Fundación Carlos Sanz congregó a unas mil personas en un festival solidario cuya recaudación se destinará a becas escolares.

Sara Comín, Juan Aroca, Pedro Llamas, Carlos Sanz, David Marqueta, Nur, Mario Cobretti y Miguel Ángel Berna.
Sara Comín, Juan Aroca, Pedro Llamas, Carlos Sanz, David Marqueta, Nur, Mario Cobretti y Miguel Ángel Berna.
Oliver Duch

Hoy, 1 de junio, se celebra el Día Nacional del Donante. Como antesala, la Fundación Carlos Sanz organizó, en la sala Mozart del Auditorio de Zaragoza, el primer festival solidario a favor de la donación de órganos; un homenaje a quienes diariamente se implican en este objetivo.


Así lo destacó el promotor, quien también anunció que el dinero recaudado "se destinará a becas de material escolar para niños en riesgo de exclusión social". Este año se espera llegar a las mil becas, más o menos el mismo número de personas que acudieron al Auditorio.


Los periodistas Sara Comín y David Marqueta presentaron el festival y dieron paso a la primera actuación. Al piano apareció la cantante Nur, que interpretó tres temas. Tras ella un grupo de estudiantes del colegio Sansueña dibujó sobre el escenario las palabras ‘Hazte donante’, mientras una profesora al piano y varias alumnas interpretaron dos canciones. "La sensibilidad hacia la donación de órganos es una tarea de todos porque todos nos podemos ver afectados", señaló el responsable de la fundación.


Lo siguiente fue disfrutar del humor de Pedro Llamas, llegado desde Madrid. Y de la risa al baile se pasó en un suspiro. La fuerza de Miguel Ángel Berna, encantado de colaborar en la gala, hizo vibrar al público.


Un vídeo de apenas un minuto ilustró perfectamente el destino de las becas que concede la citada fundación. Los niños del colegio Fernando el Católico del barrio Oliver dieron las gracias a los asistentes por su apoyo. Fue un momento especial, como el protagonizado por el mago Mario Cobretti con sus trucos.


Y de la magia de nuevo al humor, en este caso de Juan Aroca, del Club de la Comedia. El reloj prácticamente marcó las dos horas de festival cuando Miguel Ángel Berna regresó con una de sus coreografías para poner el broche final.

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