Trucos para ser sincero sin ofender al de al lado

Situaciones comprometidas se suceden a diario. La 'coach' Begoña Monzón explica cómo lograr que la comunicación sea honesta y sin disputas.

Una escena de 'Cómo conocí a vuestra madre'.
Una escena de 'Cómo conocí a vuestra madre'.

Si hay algo complicado que tiene presencia en el día a día es la comunicación humana. Los malentendidos son objeto de disputas entre compañeros, parejas, familiares y amigos; y cuando no son estos, es la falta de empatía o el exceso de sinceridad de una persona que se niega a recurrir a esas pequeñas "mentiras piadosas" para no herir al prójimo.


"En comunicación, cuando hablamos hacemos tres cosas: generalizamos, omitimos y distorsionamos. Y toda esa falta de información que se genera la rellenamos con juicios de valor y comentarios personales que olvidan que una comunicación exitosa tiene un doble vínculo entre las partes", afirma la 'coach' zaragozana de CL Recursos Humanos Begoña Monzón, presidenta de la Asociación Aragonesa de 'Coaching'.


Situaciones comprometidas que por falta de "tacto" puedan derivar en riñas se repiten a diario. Para no caer en ellas, hay quienes alaban el peinado de una amiga recién salida de la peluquería con un tupé del tamaño de un pino para evitar la muerte de la peluquera y el bajón posterior de la muchacha antes de una gran fiesta; o quienes ignoran el mal olor de un compañero que se rocía a colonia en un intento por parecer escoscado, cuando la mezcla resultante acaba por dejar a todos 'cao'. Pero eso sí, bien callados.


Este tipo de situaciones, más comunes de lo que pensamos, son difíciles de gestionar tanto para quienes las sufren como para el de al lado. La cuestión es: ¿cómo habría que actuar en estos casos para ser honesto sin herir al otro?


En 'Cómo conocí a vuestra madre' lo llamaban 'intervention' (intervención). En la vida diaria, supone escuchar un 'we need to talk' (necesitamos hablar). Lo que viene detrás nunca suele ser bueno y, tal vez por eso, los que trabajan en el mundo del 'coaching' y de la psicología positiva prefieren hablar de 'feedback', un anglicismo que tiene en cuenta aptitudes como la asertividad o la empatía

Cuando ser honesto "resulta comprometido"

"El 'feedback' consiste en dar información sobre lo que está pasando o ha pasado con el objetivo de que esa información sirva de mejora, cambie una acción o corrija esas desviaciones que existen tanto en el mundo de la empresa como en la vida cotidiana", detalla Monzón.


Para que el proceso resulte exitoso, es importante que se aluda al comportamiento y no a la persona ni a su identidad. "Si vamos al tema personal, vamos a tener por respuesta una actitud defensiva y el objetivo de que esa persona mejore pierde valor", apunta la experta.


Por eso, la primera norma pasa por "eliminar los juicios de valor" y "decir algo positivo" por cada crítica o sugerencia constructiva que se quiera realizar detrás. Por poner un caso práctico, explica, si nos encontramos en una situación comprometida en la que toque decirle a alguien que debe cambiar su vestuario, trataremos de hablar siempre de realidades específicas y visibles sin entrar a juzgar lo que está bien o mal. En este caso, indica, lo correcto sería traducir ese "vistes muy mal" en un mensaje mucho más cordial: "eres muy educado y estamos muy contentos contigo, pero creemos que hay un aspecto que podrías mejorar, ya que en esta empresa lo que queremos es que vistan todos con corbata".


Lo mismo si el comportamiento que queremos cambiar guarda relación con aspectos de su higiene personal, un ámbito que a nadie le gusta abordar. "En estos casos no vale decirle a uno '¡es que eres un marrano!'. Habría que especificar qué tipo de olor es ese, si es esporádico o se da todos los días. Concretar antes de comunicar y, a continuación, aplicar el positivismo primero: "vas muy bien arreglado al trabajo o estamos muy contentos contigo, pero hay un tema corporal que deberías cuidar". 


Por último, esta 'coach' aconseja "alejarse de las habladurías y chismorreos" y evitar del mismo modo ciertas conversaciones que nos puedan reportar una "energía negativa" a la hora de comunicarnos. "Si ves que las noticias te causan o te generan un estado negativo, elimínalas; pero sobre todo, hay que salir de esos ambientes de quejas que no aportan nada. Para mí una queja debe ser siempre una palanca de cambio", sentencia.