Yo soy ese niño traficado y ella una niña prostituida, ¿te apuntas a ayudarnos?

Manos Unidas presenta su nueva campaña que pretende demostrar que erradicar el hambre no es una utopía.

Manos Unidas presenta su campaña
Yo soy ese niño traficado y ella una niña prostituida, ¿te apuntas a ayudarnos?
Manos Unidas

"Yo soy África, yo soy Asia, yo soy ese niño traficado, esa niña prostituida; que toda España se una para llegar más lejos, porque el que camina solo, va más rápido, pero el que va acompañado, llega más lejos", ha dicho el misionero salesiano Jorge Crisafulli en la presentación de una campaña de Manos Unidas.


"Luchamos contra la pobreza, ¿te apuntas?", es el lema de la nueva campaña de la organización católica que pretende demostrar que erradicar el hambre no es una utopía, ha destacado su presidenta Soledad Suárez.


Y para demostrarlo, el salesiano Crisafulli ha detallado los proyectos desarrollados en África con niños víctimas de abuso y tráfico, junto a la religiosa de la congregación de Adoratrices, Caridad Paramundayil, que ha hablado de su labor con niñas y mujeres prostituidas en la India.


Manos Unidas ha aprobado en 2014 más de 600 proyectos por un importe de 47 millones de euros, de los que un tercio los ha dedicado a la educación.


"Os puedo asegurar, porque lo he visto con mis propios ojos, el poder de transformación que conseguimos con esos proyectos, que han beneficiado directamente a más de dos millones y medio de personas", ha asegurado la responsable de la ONG.


Malika, una joven india de 20 años, es una de ellas. Hija de una mujer obligada a prostituirse, la única salida que tenía era seguir haciendo lo mismo que su madre. Gracias a la ayuda de las religiosas, ha conseguido certificados de costura, estética y gestión de ventas y actualmente se ha casado y tiene un hijo.


"Las mujeres a las que ayudamos son agentes de cambio en sus pueblos, se convierten en líderes en sus barrios, maestras y catequistas de niños", ha asegurado con orgullo Caridad, "porque han reconocido el valor de la educación y hacen todo lo posible para que sus hijos estudien".


El salesiano Jorge Crisafulli, 20 años trabajando en países como Ghana, Liberia, Sierra Leona y Nigeria, relata cómo una fianza de dos euros permitió sacar a un niño huérfano de la prisión de Pademba en Freetown, encarcelado por andar sin rumbo por la ciudad, y en la que ha estado dos años sufriendo abusos sexuales y explotación.


"Nadie le acusó de nada, no le juzgaron, y nadie pagó durante esos dos años la fianza de dos euros", ha explicado el misionero, quien ha señalado que jóvenes como el mencionado, reconstruyen sus vidas en "Hogares Don Bosco" de la capital de Sierra Leona.


"Los salesianos solos no podemos hacer nada; tenemos que comprometernos hoy, mañana es tarde; tenemos que trabajar como un equipo contra la pobreza y anotar el gol más grande: erradicarla", ha dicho este misionero argentino, quien ha recordado las palabras del papa Francisco que invita a "globalizar la solidaridad".


El año en el que se van a evaluar los Objetivos de Desarrollo del Milenio "debe ser crucial para la lucha contra la pobreza y en favor del desarrollo", ha opinado Suárez.


"Hemos avanzado muchísimo y es una señal de optimismo para los que trabajamos en cooperación, aunque los objetivos no se hayan llegado a cumplir", ha destacado la presidenta de Manos Unidas, quien ha reclamado "a la sociedad española un esfuerzo adicional".


Ha recordado que la organización sigue centrando este año "su mirada en los más vulnerables: en los niños de la calle, los sin techo, los refugiados, los pueblos indígenas, los emigrantes, las víctimas de la trata, los sometidos a trabajo forzoso, los esclavos, los enfermos y las víctimas de la guerra".