El pasado 7 de enero daba comienzo la temporada de exámenes en la Universidad de Zaragoza, momento en el que las bibliotecas y salas de estudio de Aragón tienen una mayor acogida. Entre semana y en días laborales, la UZ ofrece unas 4.800 plazas en diferentes ubicaciones; pero los fines de semana esta oferta desciende hasta las 1.900.

Ante la falta de espacios suficientes para hacer frente a la demanda en las salas de estudio de la Universidad de Zaragoza, un colectivo estudiantil, el de Estudiantes Progresistas de Aragón, ofrece un espacio en la Casa del Estudiante para aquellos que necesiten un lugar donde estudiar.

La idea surgió hace un año y goza de una gran acogida entre los estudiantes. ?Desde la Universidad se recortaron horarios de bibliotecas y salas de estudio para reducir costes, e incluso se abrió más tarde en época de exámenes?, aseguraba Alberto Revel, coordinador del colectivo. ?Este fin de semana fue escandaloso, a las 10 de la mañana no había huecos en Filología ni en el Campus Río Ebro?, recordaba Revel, que añadía que, una vez más, son los estudiantes ?las víctimas de los recortes, ya que no tienen un lugar donde estudiar?.

Ante esta situación, el colectivo estudiantil ha habilitado una sala de estudio con unas 30 plazas ?dentro de la medida de nuestras posibilidades?, aseguraba el coordinador. Dicho espacio se encuentra ubicado en la Casa del Estudiante de Zaragoza ? en la calle Corona de Aragón 42-, y abrirá todos los fines de semana del mes de enero y el primero de febrero, así como en la festividad de San Valero en horario de 9.00 a 21.00 horas.

Una de las causas de la elevada demanda es que un gran número de las personas que acceden a este servicio no son estudiantes universitarios. Así lo aseguraba Fernando Zulaica, vicerrector de Estudiantes de la Universidad de Zaragoza. ?Si el resto de sectores educativos ofertara la mitad de plazas que nosotros en fin de semana el problema se solucionaría?, afirmaba.

?El sábado pasado tuvimos que habilitar una sala más porque la primera se había llenado?, explicaba Revel. Una de las personas que hizo uso de esta sala de estudio alternativa fue Andrea Gil, estudiante de 4º de periodismo. La joven llegó a las 8.30 de la mañana a Filología pero ya no quedaban plazas así que se acercó a la Casa del Estudiante. ?No la conocía pero me parece una iniciativa genial?, afirmaba la joven. ?El domingo estuvimos unas 20 personas estudiando allí?, añadía.