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Cartas al director de HERALDO: Proteger los nuevos jardines de la Gran Vía

La reforma de Gran Vía por el tranvía ha introducido nuevos elementos urbanos en el paseo.
Proteger los nuevos jardines de la Gran Vía
Jose Miguel Marco

Proteger los nuevos jardines de la Gran Vía

Por fin vemos los vecinos de Gran Vía, en Zaragoza, que se están renovando la zonas ajardinadas, algo pendiente desde las obras del tranvía. La pinta es muy buena, una moqueta de césped impecable con una ornamentación vegetal muy bonita. 

Pero el gran problema va a ser el de siempre, su conservación si no se protege de alguna manera. Y me estoy refiriendo principalmente a los dueños de los perros que llevan a sus animales directamente a las zonas verdes para que hagan sus necesidades, a la vez que mascotas y dueños pisotean y destruyen poco a poco los jardines de todos. La solución, desde mi punto de vista y dado el incivismo que desgraciadamente impera en nuestra sociedad, solo puede pasar por proteger estas zonas haciéndolas inaccesibles para animales y humanos. Pongo como ejemplo el paseo de Sagasta, donde, desde que fueron renovados sus parterres, han sido protegidos, y tan bien protegidos que ahora algún vecino de Sagasta se desplaza con su perro hasta los jardines de Gran Vía. Aquí tenemos los jardines a ras de suelo, con accesibilidad total, sin barreras ni bordillos. Si no se protegen de alguna forma eficiente, seguirán siendo una atracción, prácticamente una invitación para el disfrute de los canes. Y por terminar con un poco de ciencia ficción, podría estar bien que la Policía Local estuviera un poco pendiente, por lo menos al principio y aunque solo fuera por el coste económico del proyecto, para informar y disuadir (no digo multar) a los que hacen un uso inadecuado de los jardines de todos.

José Luis Giner Alquézar. ZARAGOZA

Del tren bala al casetero

Mi hija ha vuelto del Japón tras seis maravillosos años de trabajo y convivencia en el país del sol naciente. Allí se ha movido con un transporte público que funciona como un reloj de precisión. Lleva aquí un mes y ya ha sufrido tres incidentes desagradables en el autobús ‘casetero’ (Zaragoza-Casetas) que utiliza diariamente para ir a trabajar a la ciudad desde Utebo, donde residimos. En dos ocasiones la han dejado en tierra a mitad de camino (urbanización Torres de San Lamberto) sin previo aviso y viéndose todo el pasaje obligado a coger otro autobús que estaba, al parecer, esperando. A principios de abril, en el casetero cogido en Zaragoza a las 17.30, el frenazo que tuvo que dar a causa de un conductor irresponsable provocó la caída de una señora mayor y el tremendo golpe en la pierna derecha de mi hija al salir despedida de su asiento. El conductor reanudó la marcha sin interesarse por los pasajeros en general y las accidentadas en particular. Hace pocos días, en el casetero de las 21.15 (salida de Zaragoza) y de nuevo en Torres de San Lamberto, los pasajeros se vieron sobresaltados por una explosión. Tras avanzar unos metros hasta la parada, el conductor bajó y comunicó que «algo había petado», conminando al pasaje para que abandonara el autobús. Tocó esperar quince minutos para coger el siguiente, que llegó lleno; algunos pasajeros lograron subir (mi hija por la puerta trasera) y otros permanecieron en tierra. Sirva este testimonio para que sean tomadas las medidas que sean necesarias y conseguir un servicio público digno de ese título.

César Miguel Elorriaga. UTEBO (ZARAGOZA)

La huelga anual

Al empezar la campaña de la declaración de la renta se anuncian paros en la Administración de Hacienda. Cuando llegue el 31 de julio, serán en Renfe y para el Pilar, en Zaragoza los harán los autobuses o el tranvía. Cada año la misma historia. El derecho a la huelga es constitucional y, más todavía, muy necesario. Es la única manera de forzar cualquier negociación con la empresa o la Administración, en defensa de derechos legales y seguro que merecidos. Pero, ¿y el derecho de los ciudadanos? Es razonable pensar que cuanto más perjuicio al contribuyente más posibilidad de éxito de los paros. Se debe valorar el costo que supone al ciudadano que, por otra parte, no tiene medios para defenderse. Seguro que me perjudicará la huelga de trenes. Tal vez no pueda tener cita para la declaración de renta y seguro que volveré a sufrir con los paros de los autobuses. El oportunismo de las protestas está calculado buscando el mayor efecto. Pero es excesivo el quebranto al ciudadano. Como contribuyente siento que siempre pierdo y que no puedo corregir nada. ¿O sí?

Jesús Añaños Vinué. ZARAGOZA

Las elecciones vascas

Los resultados de las elecciones vascas ofrecen dos posibles conclusiones. La primera resalta la mayoría nacionalista (PNV y Bildu) del nuevo Parlamento, casi un 75%. Habrá que ver el camino que toma ese nacionalismo tras las declaraciones de Otegi reclamando la independencia. La segunda se fija más en las posibles causas del voto. Según este análisis los votantes habrían elegido no tanto en base al nacionalismo, sino buscando una buena gestión o en defensa de asuntos como ecología, vivienda y otras cuestiones que preocupan a los más jóvenes, los más proclives al cambio radical. Quizá por ello su candidato habría matizado sus palabras sobre ETA, aunque de modo que no se alarmara la grey. Este punto de vista indicaría un cambio en la sociedad vasca. Los jóvenes, que no vivieron los años de plomo de ETA, estarían tan interesados como el resto de los jóvenes españoles en las mismas cuestiones, y Bildu se aprovecharía de ello. Y los mayores, que sí vivieron los crímenes de la banda, estarían tratando de olvidar, votantes del PNV. Como apoyo a esta tesis: la suspensión de la campaña para celebrar la Copa del Athletic. La pregunta es si esta segunda conclusión responde a un análisis objetivo o se trata solamente de lavar un pasado terrorista.

Luciano Ibáñez Dobón. ZARAGOZA

Educación concertada

Como respuesta a la información intencionada, como todo en el ‘ente público’, de Televisión Española acerca de las cuotas de los colegios concertados y a una carta del pasado viernes: ¿alguien se plantea qué pasaría en el país si los colegios concertados cerraran sus puertas, o si el Estado tuviera que hacerse cargo de todos los inmuebles de dichos centros? El desear una educación pública, de calidad y sin sesgos es ideal, pero algunos gobiernos se empeñan en utilizar las aulas para sesgar.

Beatriz Martínez. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas. cartas@heraldo.es

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