Zaragoza no será capaz de captar talento del exterior hasta que no aprenda a venderse mejor. En el ámbito racional, tiene la batalla ganada. El coste de vida es razonable, alejado de los sablazos de Madrid y Barcelona; resulta bastante segura y accesible. En pocas ciudades de 700.000 habitantes, por no decir en ninguna, es posible llegar en 15 minutos a (casi) cualquier lado. Para José Antonio Ondiviela, experto en ciudades inteligentes, es un lugar para vivir donde, cuando se sacan cuentas, arrasa. Pero, ¿qué se puede hacer para que el talento joven que quiere emigrar a España la conozca?

Siempre ha sido, es y será Francisco de Goya un aragonés universal. Y su relación con Zaragoza, donde vivió hasta los 29 años, aunque nunca se fue del todo, es un valor intangible que no se ha sabido explotar. En ello están al fin la DGA y el Ayuntamiento de la capital, que trabajan en la conmemoración del 200 aniversario de la muerte del genial pintor, que se conmemora en 2028.

Quizá somos los zaragozanos los primeros que hacemos a Goya de menos. Usamos su nombre para la segunda estación de la capital, que tiene un uso limitado, y a la principal, la del AVE, por la que pasan millones de personas al año, la llamamos, de forma meramente descriptiva, Delicias. En Valencia los viajeros llegan a la estación Joaquín Sorolla; en Málaga, a la María Zambrano... Y en la capital aragonesa perdemos una ocasión de oro para recordar que Francisco de Goya, el mejor de su época, vivió aquí y es posible seguir la huella de su obra por la ciudad, como se verá este fin de semana en las fiestas goyescas. Ya es triste que, a pesar del esfuerzo público y privado por exponer aquí sus cuadros, para admirar su talento sea imprescindible visitar el Museo del Prado.

Hubo un tiempo en el que el Real Zaragoza brilló en Europa. Eran los años de la Recopa. En el pozo de la Segunda División, el gol de Nayim queda solo para la historia. Al calor de la nueva Romareda, que meterá la capital en el circuito internacional de conciertos (esperamos), el compromiso del club debería ser mayor. El ascenso sería un excelente reclamo para que el talento exterior aprenda a situar la ciudad en el mapa. Compensaría la inversión en un estadio necesario, pero que tiene un coste para la ciudad que sí es de primera.