Por
  • Isabel Soria

Mis estrellas

Mis estrellas
Mis estrellas
Pixabay

El universo siempre me ha fascinado y me hubiera gustado saber algo más de las estrellas y constelaciones, al menos, reconocer las más importantes y saber cómo se llaman. 

Mis conocimientos de astronomía terminan en la Polar, el Cinturón Orión –con forma de una cafetera italiana– y muy poca cosa más; mi memoria me recuerda a Andrómeda, los signos del zodiaco, las Osas… Sé que hay una constelación que es una uve doble –Casiopea–, conozco la Cruz del Sur, que no se ve en nuestro hemisferio, y bueno, constato que tengo una asignatura pendiente que estudiar: el cosmos.

Para rellenar mi inmenso agujero negro astronómico voy al planetario de Huesca, que es maravilloso. Descubro qué son los exoplanetas, cuáles son los cuatro satélites más grandes de Júpiter o que en aragonés la estrella Arturo, se llama Petarruego. Quien dirige la visita nos explica cómo encontrar alguna estrella en el firmamento. Es emocionante. Se ve nuestra galaxia y nuestro planeta desde fuera, como una canica, una canica azul, una ‘birria’ galácticamente hablando en la que han sido capaces de desarrollarse casi dos millones de especies de seres vivos. Salgo de la semicúpula con una gran certeza: Si no somos nada con respecto a un momento histórico o a nuestro tiempo, en un contexto planetario, dentro además de una noción temporal y espacial infinita, somos la requenada, la requetenada al infinito. Ni grano de arena, vaya.

Está decidido. Habrá que seguir mirando hacia abajo, a nuestro mundo, que es donde están las estrellas de mi vida: mis niños.

Isabel Soria es técnico cultural y documentalista

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