Abusos estadísticos

Abusos estadísticos
Abusos estadísticos
Pixabay

El abuso de la estadística es a estas alturas un vicio de muy difícil reparación. Una buena parte de la información que hoy nos llega lo hace repleta de datos estadísticos, encuestas y porcentajes que tratan en vano de reflejar la tornadiza evolución del mundo.

La estadística, como celebrado instrumento de manipulación, tiene la ventaja extraordinaria de aparecer revestida de un rigor que no siempre es cierto. Pero es en la demoscopia donde nuestra época sufre una saturación sin remedio, basada en constantes seguimientos de la realidad electoral, la propia coincidencia de comicios diversos y, por si fuera poco, sondeos sobre cuestiones que podrían tacharse, con algo de benevolencia franciscana, de fútiles.

El análisis electoral se ha ido transformando en un afán impúdico que hurga en las entrañas más recónditas de la sociedad para conocer barrio a barrio, casi puerta por puerta, las tendencias del voto. Y de la exhibición portentosa del dato y sus interrelaciones surge el prestigio del analista. Esta prolijidad en la exposición de los resultados electorales no resulta, sin embargo, inocua.

España volverá a votar por ejemplo como circunscripción única en los comicios europeos del 9 de junio. Eso permitirá una visión nítida del conjunto del país, sin las distorsiones más o menos justificadas que son recurrente objeto de debate. Pero no impedirá las lecturas jugosas que ofrecerán la minuciosa relación de votos por autonomías, provincias y municipios.

Esto es parte natural del juego político, para el que la formalidad de los resultados es apenas irrelevante. Y en eso anda también Pere Aragonès cuando propone el artículo 92 de la Constitución como vía para un referéndum sobre la independencia de Cataluña. No podría hurtarse en ese caso el derecho a votar a "todos los ciudadanos", como dice el precepto y como ya reclamó hace tiempo Felipe González. Pero al independentismo no le importa ni la constitucionalidad del referéndum ni lo que se vote más allá de las fronteras catalanas. Solo busca una cifra estadística que colme sus deseos, aunque eso pase por utilizar sin escrúpulos la letra de la Constitución.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Alejandro E. Orús en HERALDO)

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