Por
  • José María Arnal Alonso

Una ocasión para frenar el tabaquismo

Los vapeadores han reducido la edad de entrada de los fumadores
Una ocasión para frenar el tabaquismo
Pixabay

El consumo de tabaco es la primera causa de muerte prevenible en España y en el mundo. Está relacionado con 16 tipos de cáncer y, en nuestro país, provoca 63.000 muertes anuales, según la Sociedad Española de Epidemiología. 

A nivel global, la Organización Mundial de la Salud sitúa en más de ocho millones las defunciones que cada año causa el tabaco. Con estas cifras, podemos considerar que el tabaco es el enemigo número uno para la salud pública, como la mayor influencia para el desarrollo de un cáncer y su correspondiente carga en vidas humanas y sufrimiento para los pacientes y su entorno personal, además de los recursos económicos y sanitarios que requiere su tratamiento.

No podemos esperar más a tomar medidas efectivas para proteger la salud de la población frente al tabaco, con especial énfasis en las personas menores de edad.

El próximo Plan Integral de Prevención y Control de Tabaquismo puede ser una oportunidad histórica para luchar contra la mayor amenaza a la salud pública

En este contexto, la tramitación del Plan Integral de Prevención y Control de Tabaquismo, impulsado por el Ministerio de Sanidad y trasladado a las comunidades autónomas para su evaluación, representa una oportunidad histórica para construir el necesario consenso social y político ante la primera causa de muerte prevenible en el mundo.

Porque nuevos dispositivos, como los ‘vapers’ (vapeadores), son un factor de riesgo para el desarrollo del cáncer o bien un elemento que fomenta el hábito de fumar, de hecho, se hacen pasar por menos nocivos e incluso como una opción para dejar de fumar. Y ante ellos, son especialmente sensibles los colectivos más jóvenes. Por este motivo, desde la Asociación Española Contra el Cáncer trabajamos con el objetivo de conseguir la primera generación europea libre de tabaco en el 2030.

Para ello, el consenso que reclamamos en torno al Plan Integral de Prevención y Control de Tabaquismo debería incluir necesariamente la reducción del acceso de los jóvenes al tabaco y a los ‘vapers’, la puerta de entrada al consumo de tabaco tradicional entre la población joven.

Pero para ello el plan debe incluir restricciones para los nuevos productos de tabaco, como los vapeadores

Desde nuestra perspectiva, las medidas más eficaces deberían consistir en elevar el coste económico de fumar con el alza de impuestos sobre el tabaco, reducir el atractivo publicitario del tabaco y sus nuevas formas y limitar la disponibilidad de estos productos para los más jóvenes. Sin olvidar la importancia de que las administraciones apuesten decididamente por ampliar los espacios libres de humo.

No cabe duda de que la lucha contra el tabaquismo es una tarea ardua, que demanda la colaboración entre los distintos actores que promovemos la salud. Pero es bueno recordar que cada medida adoptada, cada ley promulgada y cada campaña educativa desplegada tiene un impacto positivo directo en vidas humanas. Por ello, es indispensable unir esfuerzos para alcanzar un consenso que nos beneficie a todos. Porque toda persona debería tener el derecho a vivir en un entorno sin la presión social y la adicción asociadas al tabaco. Y es deber de todos hacerlo posible sabiendo las consecuencias nocivas que tiene este producto.

José María Arnal Alonso es presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer en Zaragoza

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