No nos libraremos de la sombra de Putin
Uf, tenemos Putin para rato! Al menos hasta 2030, cuando tendrá 78 años, que, vista la carrera electoral americana, no debe de ser una edad demasiado avanzada para ejercer de presidente. Ni por supuesto de dictador, que ahí está el ejemplo de Fidel Castro, que siguió ‘dictando’ hasta los 82.
O el de nuestro general Franco, que aguantó hasta los 83. El caso es que con las elecciones del fin de semana el tirano del Kremlin ha demostrado que controla todas las palancas necesarias para mantenerse en el poder. Será raro que nadie intente moverle la silla. Y un milagro que si alguno se atreve lo consiga. Es cierto que Putin se dio un buen batacazo con la invasión de Ucrania, donde se ha dejado la vida de decenas de miles de jóvenes rusos, además de tanques, aviones y demás parafernalia. Pero ahora, asentado su ejército en la defensiva, parece imposible que los ucranianos consigan desalojarlo de los territorios ocupados, por mucho que reciban de Occidente más y mejor armamento. Si Putin fracasó en su intento de comerse ucrania, los países occidentales han fracasado también con sus represalias. Se suponía que las sanciones económicas impuestas como castigo a la invasión iban a ser devastadoras. No lo han sido ni mucho menos. Es seguro que lastrarán el desarrollo futuro de Rusia y el bienestar de sus gentes, pero Moscú ha conseguido sobreponerse al golpe y ha recuperado la estabilidad económica y en buena medida la producción bélica. Y el régimen tiene capacidad para imponer a la población los sacrificios que requiera la prolongación de la guerra. Tampoco ha podido Occidente aislar políticamente a Putin. No solo cuenta con la amistad, interesada, eso sí, de China, sino que son muchos los gobiernos que procuran mantener una relación amistosa con Moscú. Véase la lista de parabienes que le han llegado por su reelección. Como ha dicho Macron, es posible que Rusia sea hoy solo una potencia medianeja. Pero Europa no se librará de su sombra.
(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Víctor Orcástegui en HERALDO)
