Por
  • Pedro Cía Gómez

El legado de Pedro Poveda, hoy

El legado de Pedro Poveda
El legado de Pedro Poveda
pedropoveda.org

Quién es Pedro Poveda? La respuesta puede ser, entre otras, que fue un hombre inquieto. Preocupado por la sociedad en que le tocó vivir (1874-1936) y convencido de que el cambio social que él y otros pensadores creían necesario tendría que hacerse de la mano de la educación. 

En su época, figuras como Ortega y Gasset o Joaquín Costa participaban de la idea de que el problema social en España era en buena parte un problema pedagógico.

Nacido en Linares (Jaén), Pedro Poveda cursó el bachiller a la vez que los estudios eclesiásticos con una beca en el seminario de Guadix (Granada), siendo ordenado sacerdote en 1897. Pronto se sintió interpelado por la realidad social, particularmente por la pobreza y deficiencia de alfabetización en la barriada de las cuevas de Guadix, donde emprendió una importante labor, culminada con la fundación de escuelas, durante los primeros años del siglo XX. No faltaron los recelos de algunos sectores ante estos movimientos.

Destinado en 1906 a Asturias, como canónigo de la basílica de Covadonga, no se alejó de sus inquietudes educativas. Tuvo ocasión de contactar con profesores de la Universidad de Oviedo que simpatizaban con la Institución Libre de Enseñanza y con los que estableció relación cordial, no exenta, claro está, de discrepancias; pero según su biógrafa Flavia Paz Velázquez, el talante de Poveda fue siempre dialogante. En Asturias inició una de sus más notorias realizaciones con la puesta en marcha de su primera Academia en Oviedo en 1912, a la que siguió en 1913 otra en Jaén, a donde fue destinado ese año, y otras en diferentes ciudades.

Eran estas academias excelentes centros de formación para estudiantes y profesionales del Magisterio, donde se desarrollaban además actividades de promoción del proletariado. Estas iniciativas, desempeñadas fundamentalmente por mujeres y dirigidas hacia las mujeres, son el antecedente de la Institución Teresiana, de cuya aprobación se celebra este año su centenario.

Destinado en Madrid a partir de 1921, pudo ver la expansión de su obra, extendida luego por todo el mundo. Abierto a las corrientes culturales de su época; generoso, pero a la vez claro en sus convicciones, murió fusilado el 28 de julio de 1936, siendo canonizado por la Iglesia el 4 de mayo de 2003.

Dos móviles fueron determinantes fundamentales de la actividad de Poveda: Por una parte su deseo de formación para el profesorado de Magisterio en aras de la educación y del cambio social. Por otra, el deseo de promoción de la mujer, a la que siempre consideró plenamente capacitada para el trabajo intelectual, incluyendo las tareas universitarias, y así lo demostró en sus novedosas realizaciones. Significativa fue, entre otras iniciativas, la inauguración de la primera residencia universitaria femenina de España en la madrileña calle de Goya, que provocó la curiosidad de muchos intelectuales de la época.

En nuestra sociedad actual, bastante polarizada, con liderazgos a veces cerrados al diálogo, con su problemática marcha de la enseñanza y con sus ‘brechas’ sociales, Pedro Poveda, innovador y dialogante, es hoy una figura sobre la que sería bueno reflexionar, tanto nuestros líderes, como cada uno de nosotros con vistas a una sociedad más culta y humanizada.

Pedro Cía Gómez es catedrático de Medicina Interna

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