Valentín y el matrimonio

Los discapacitados pueden perder una pensión si contraen matrimonio.
Los discapacitados pueden perder una pensión si contraen matrimonio.
Jeffrey Arguedas / Efe

El pasado miércoles celebrábamos san Valentín de Roma, sacerdote y mártir, decapitado por Claudio II (siglo III d. C.) por casar en las mazmorras a los soldados y sus prometidas. ¿Seguiría enfrentándose hoy a las cabezas del poder?

La fiesta de San Valentín cobró gran relevancia en los primeros siglos de la Iglesia, dotando de valor religioso las paganas lupercales; y desde el amor cortés medieval al amor-consumo y sexo de nuestros días, ha pasado por múltiples variantes. Si Pablo VI la suprimió del calendario litúrgico, Francisco ha revalorizado el don sagrado de la entrega. El mismo que ha aprobado la declaración ‘Fiducia supplicans’ sobre la bendición de parejas en situación irregular: personas separadas, del mismo sexo, etcétera.

No es rito matrimonial. Siempre me cautivó la relación entre el poeta Manuel Pinillos y su musa eterna Margarita, casados primero por la Iglesia y años después por lo civil. Eso sería impensable en España desde el Acuerdo entre el Estado y la Santa Sede, de 3 de enero de 1979. «Los efectos civiles del matrimonio canónico se producen desde su celebración» (art. VI).

Y aquí entra la trampa y el cartón. Jóvenes viudos y viudas con hijos, o ancianos que vuelven a enamorarse no tienen derecho a rehacer sus vidas. Les quitarían una de las pensiones.

Gran invalidez, pensiones no contributivas o discapacidades de más del 65% son otros baremos. Para un matrimonio, su PNC común -dependientes y que no han podido contribuir a Hacienda- es de unos 1.122,20 euros mensuales. El SMI de una asistenta y sin Seguridad Social.

La prestación por hijo a cargo sí es compatible con el matrimonio, si eres mayor de 18 no incapacitado, con más del 65%, unos recursos básicos y convives con papá (según real decreto del 11 de noviembre de 2005).

Al final, bendición, mucho más rentable, aunque permanezcamos en situación irregular, víctimas y pecadores del sistema. San Valentín y Jesús de Nazaret, el amigo del novio, no tenían prejuicios.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

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