Recta final en la carrera electoral de Galicia
El PP y el PSOE afrontan la recta final hacia las elecciones del próximo domingo en Galicia. Hay expectación porque se trata del primer test al que se enfrentan los dos grandes partidos nacionales, tras la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno con un polémico pacto con fuerzas independentistas y contrarias a la Constitución.
Son, obviamente, unas elecciones autonómicas, pero la trascendencia nacional es también evidente.
Con la excepción de la etapa de los socialistas Fernando González Laxe (1987-1990) y Emilio Pérez Touriño (2005-2009), la Xunta ha estado siempre, desde 1981, en manos del PP. Este dominio conservador ha hecho de la Comunidad el feudo popular por excelencia, que tras las cuatro mayorías absolutas consecutivas de Núñez Feijóo parecía muy consolidado. Pero tras irse a Madrid para encabezar el partido, este dominio parece hoy algo más incierto. De cualquier forma, no sería de extrañar que Alfonso Rueda lograra otra mayoría absoluta para el PP. La alternativa sería que sumaran BNG, PSdeG-PSOE y quizás Sumar para formar una mayoría de izquierdas. Lo cierto es que el nacionalismo gallego, con Ana Pontón, aspira por primera vez a presidir la Xunta con apoyo de los socialistas. Tanto si se mantiene la mayoría popular como si se produce un cambio de ciclo político, lo que es seguro es que la cita con las urnas gallegas tendrá consecuencias en el escenario nacional. Pedro Sánchez y, sobre todo, Alberto Núñez Feijóo miden de alguna manera la solidez de sus respectivos liderazgos. El popular se juega más porque, a pesar de ser el primero en las elecciones generales de julio, sigue en la oposición. El inquilino de la Moncloa, sin embargo, ha convencido al PSOE de que el declive territorial del partido solo es un daño colateral a cambio de mantener la presidencia del Gobierno central.
