Paz para todos

El azote de la guerra continúa en Gaza.
El azote de la guerra continúa en Gaza.
Atef Safadi / Efe

En fechas de hacer balance del año que termina y de hacer buenos propósitos para 2024, es conveniente mirar más allá de nuestra propia cotidianidad y bienestar particular, cada cual el que tenga, para conocer la realidad diferente de otros y así poder reconocer mejor nuestros propios privilegios.

A mi juicio, lo más reseñable de 2023 ha sido la violencia, tanto la violencia directa, la de las guerras, asesinatos machistas, agresiones de todo tipo, como la violencia estructural, cuyas injusticias del poder causan hambre, miseria, desigualdad, racismo… Por otro lado, en cuanto a objetivos para 2024, considero el de la paz como prioritario; la paz como proceso de aplicación de la justicia en los distintos niveles de relación humana, y cuyo fin sea el logro de la armonía de la persona consigo misma, con la naturaleza y con los demás.

Lamentablemente, son muchos los conflictos bélicos existentes en el mundo, algunos muy cercanos como el de Ucrania y el palestino-israelí. A este último se refirió particularmente el papa Francisco en su mensaje navideño del que nos han informado HERALDO y otros medios. En dicho mensaje, el Papa reiteró la liberación de los rehenes israelíes aún retenidos por Hamás, solicitó un alto el fuego y suplicó el fin de la guerra, a la que describió como una locura inexcusable. Volvió a censurar el comercio de armas y lamentó que esté aumentando su producción y venta. «La gente no quiere armas, sino pan», dijo, y realizó una invitación a los medios de comunicación para que escriban sobre el dinero público destinado a las armas y sobre los intereses y beneficios que mueven las guerras con el fin de que sean conocidos.

El papa Francisco, en su mensaje propuso que, en lugar de seguir alimentándose la violencia y el odio, se trabaje para solucionar el conflicto palestino-israelí mediante un «diálogo sincero y perseverante». Así mismo invitó a todos, en especial a los dirigentes políticos, a que la alimentación sólo sea un instrumento de paz y no de explotación como arma. Finalmente, propuso a los fieles ser voz de los que no tienen voz, entre ellos, de los que mueren por falta de agua y de pan, y de los que tienen que dejar la propia patria en busca de un futuro mejor. Que así sea.

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