España y Europa

París ya no atrae tanto como antaño a los turistas españoles.
París ya no atrae tanto como antaño a los turistas españoles.
Lewis Joly / AP

Estuvimos tanto tiempo encerrados en las casas durante la pandemia que nos gastamos ya el dinero en viajes, porque no sabemos si podremos hacerlos más adelante, por unos motivos o por otros. Y es curioso constatar que ahora, los viajes cuanto más lejos, mejor. Se han puesto de lo más irresistibles las escapadas a la península de Indochina (Tailandia, Vietnam, Camboya, Malasia), o a las islas del océano Índico (Seychelles, Maldivas y así) a disfrutar del ‘resort’ y las solitarias playas con palmeras y cristalinas aguas. Algo menos a América del norte, del sur, y sobre todo, a «las Islas y Tierra Firme del Mar Océano». Será porque nos tiran los territorios que los Colón, Ponce de León, Núñez de Balboa y otros ilustres prohombres descubrieron.

Las variadas tierras de España, tan llenas de arte y de variada y rica gastronomía son visitadas por su cercanía y -ahora menos- económicos precios. No las valoramos. Pero a las tierras europeas que tenemos aquí al lado, tampoco las valoramos pues son menos exóticas que las de otros continentes. Los únicos países que nos llaman la atención son Italia, y quizás Dalmacia y las islas griegas. La verde y rica Francia, a pesar de su cercanía, ha bajado muchos enteros en las preferencias de los españolitos. Incluso París, la ciudad de la luz, la ciudad de la belleza, ya no tiene nuestra preferencia. Aquí somos más modernos y preferimos la más vanguardista Berlín, resurgida de sus cenizas tras la Segunda Guerra Mundial y la caída del Muro. Son los más jóvenes los que consideran Berlín su destino natural, porque es la capital de la arquitectura más moderna y de gente más alternativa.

Dejando aparte Londres -por aquello de la lengua hoy más conocida- y quizás Estambul, entre dos continentes, siguen siendo polos de atracción. Sin embargo en la Europa más central, Suiza (a pesar de la moneda diferente y los precios), Austria, Bélgica, Países Bajos y sobre todo la reconstruida (a partir de lo original) Alemania, las consideramos demasiado artísticas. Ciudades como Praga o Budapest (el sabor del Imperio Austrohúngaro) siguen conservando su encanto, incluso más que Viena.

Pero, sobre todo, lo que tiene Centroeuropa es clasicismo y, fuera de las grandes ciudades, paz y tranquilidad. Paisajes alpinos salpicados de lagos en Lucerna (quizá la ciudad medieval más bella), Ginebra, Montreux, el Tirol de Innsbruck, y la más llana Salzburgo. Y Baviera, que es toda una joya. Y la joya de al lado, Portugal, en auge. Y es que somos Europa.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión