El discípulo

Libro de Pedro Sánchez
Libro de Pedro Sánchez
E. P.

Las vías de escape del presente son reducidas y, a excepción de la muerte, resultan inevitablemente transitorias. Básicamente, se trata de la nostalgia y la imaginación. 

Uno puede evadirse con un libro, un partido de fútbol o una película, abandonarse a los recuerdos o a fantasías sin límite, pero el presente, con su incesante procesión de fatigas y sinsabores, acabara exigiendo su espacio, que no es otro que el de la realidad. De los sueños uno se despierta antes o después y cuando eso ocurre, parafraseando a Augusto Monterroso, se descubre que Sánchez todavía sigue aquí. Aunque sería muy exagerado atribuir nuestro estupor simplemente a su presencia. La brillantez de un microcuento tan célebre como el del dinosaurio se sustenta en su carga implícita, en las llaves de la imaginación que abre esa insólita presencia que traspasa el sueño para hacerse definitivamente real.

En el caso de Sánchez son un cúmulo de ingratas realidades, esa romería de fatigas y sinsabores en que se van transformando las necesidades que un día pretendió convertir en virtud. Las tensiones se suceden sin descanso y no únicamente, como sería natural, con los partidos de la oposición, sino con sus propios socios, con el poder judicial, con empresarios e incluso –uno diría que de forma innecesaria y torpe, con flagrante ignorancia de lo que suponen las relaciones internacionales– con un país como Israel.

El peso extraordinario que ha adquirido ese conjunto, aun recién formado el Gobierno, arrastra lógicamente hacia el escepticismo. El intenso ritmo de erosión unido a la exigencia de difíciles equilibrios no auguran una legislatura larga y eso es lo que dicen las últimas encuestas. Pero hay que advertir que esto podría ser otro espejismo demoscópico, uno más. Si la resistencia de Sánchez mereció un manual, su próxima obra, ‘Tierra firme’, puede desbaratar cualquier mal presagio.

A Henry Kissinger, que fue un político a veces muy controvertido pero un gigante indiscutible de la teoría y el análisis de la realidad política, se le atribuye la frase de que "lo ilegal lo hacemos de inmediato, lo inconstitucional toma un poco más de tiempo". Quién iba a decirle al viejo maestro que tendría en Sánchez a un discípulo aventajado.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Alejandro E. Orús)

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