Redactor jefe de Organización y Cierre de HERALDO DE ARAGÓN

De escuelas y Canetos

Unas edificaciones de maderas alojan las aulas donde estudian los niños de Caneto.
Unas edificaciones de maderas alojan las aulas donde estudian los niños de Caneto.
Heraldo

El cierre administrativo de la escuela de Caneto, allá en el valle de La Fueva, ha dejado sin colegio a los 21 niños de la repoblada aldea ribagorzana y ha generado una encendida polémica que vuelve a poner sobre el tapete la efectividad de las políticas de equilibrio territorial. 

Este caso es otro ejemplo de la enorme contradicción que encierran en ocasiones los discursos que se lanzan desde el poder capitalino para resolver uno de los problemas que atenaza a este diverso territorio que llamamos Aragón, como es la despoblación de nuestro vasto medio rural.

Esta escuela, compuesta por tres casas prefabricadas de madera e instalada en suelo rústico, choca con la normativa autonómica, que exige que se levante sobre terreno urbanizable, pavimentado, llano y no inundable. También pone pegas la Administración a la calefacción con estufas de leña en aulas de madera y reclama garantías en el abastecimiento de agua, la red de saneamiento y el acceso de los servicios de emergencia. Los inconvenientes no son baladíes, pero no son actuales. Se arrastran desde que abriera hace cinco años.

El principal argumento de los padres para negarse a que los niños vayan al colegio de Tierrantona es que no tiene sentido trasladar a 40 minutos de sus casas a los 21 niños todos los días por una carretera estrecha y llena de curvas, a la que se suma la nieve y el hielo en invierno. Por ello han decidido tomar ellos mismos las riendas de la educación de sus hijos y se turnan para impartir las clases en el pueblo siguiendo el programa educativo que habían marcado los profesores.

Sorprende que en un lustro no se hayan resuelto las anomalías. ¿Hubiera ocurrido en una gran ciudad? Pero hablamos de Caneto, que ha pasado de estar vacío a contar con 50 vecinos. Los responsables políticos de la ordenación territorial tendrían que estar haciendo la ola a este fenómeno de recuperación rural y poniendo la alfombra roja a sus habitantes, en lugar de dilatar la resolución de las cuestiones técnicas que mantienen al centro en el fiel de la balanza administrativa.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Mariano Gállego)

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