Una década de vida es ya una trayectoria considerable para calibrar el impacto y la proyección futura de Etopia, el Centro de Arte y Tecnología del Ayuntamiento de Zaragoza. Durante este tiempo, ha explorado cómo construir una identidad sobre su contenido, más allá de ser el envoltorio de la gran pantalla digital que nos llama la atención cuando pasamos por la Estación de Delicias. 

Mientras los creadores y los usuarios van plasmando sus trabajos con marchamo de vanguardia, supone un gran acierto y una necesidad bajar la vista hacia los pequeños ciudadanos y mantener las colonias tecnológicas como cantera y generador de vocaciones para el desarrollo de Zaragoza como una ciudad inteligente. Ellos, posiblemente, serán quienes lleven las riendas en aniversarios futuros y necesitan seguir alimentando su enfoque creativo en esta dirección.

Este espacio de la curiosidad ha albergado propuestas destinadas a colectivos muy específicos, ha creado entornos con el reto de conectar a la población con ofertas disruptivas y artísticas y, a la vez, con un halo de cierta indefinición, ha navegado entre quienes la llaman La Terminal, Milla Digital o incluso la confunden con el país del cuerno de África. En pleno proceso por elevar, a iniciativa del Ayuntamiento de Zaragoza, a esta urbe al Olimpo de las ‘smart cities’, este centro debe convertirse en un tractor al servicio del ecosistema de innovación urbana sostenible que se está construyendo y está ante una oportunidad inmejorable de enfocar buena parte de sus esfuerzos hacia el beneficio de la gran mayoría y lograr que sus resultados impacten directamente en la ciudad puntera en la que Zaragoza se está convirtiendo.

Etopia es testigo diario del talento local, del empuje de empresas pequeñas ávidas de crecer y encumbrar sus ideas pioneras, de negocios que abandonan su nido para dar el salto a pie de calle con garantía de continuidad. Esa faceta y su interrelación con el propio consistorio zaragozano y el sector privado componen una de sus bases más sólidas. El consistorio desarrolla sus herramientas de innovación y digitalización, dibuja un ecosistema a medio plazo donde Etopia tiene que estar como un nodo catalizador de ideas y proyectos.

De cara al futuro es imperativo que este epicentro de innovación continúe su evolución metamórfica, adaptándose de manera dinámica para ofrecer soluciones tecnológicas a los siempre cambiantes desafíos urbanos. Debe persistir como el núcleo vital donde la creatividad, la colaboración y la sostenibilidad convergen, constituyendo así un punto de referencia esencial para la construcción de ciudades que no solo enfrentan el cambio, sino que lo acogen con entusiasmo, viéndolo como una oportunidad para florecer y crecer.

La innovación urbana sostenible no es simplemente un término de moda; es la clave maestra para construir ciudades que no solo subsisten, sino que prosperan. Estamos en un punto de inflexión donde la creatividad y la tecnología se unen para forjar soluciones que aborden la crisis climática, la gestión de recursos y la calidad de vida de los ciudadanos.

El Ayuntamiento de Zaragoza ya ha situado a la ciudad en la vanguardia de movilidad, digitalización, rehabilitación de viviendas, energías renovables o políticas de sostenibilidad. Nuestra misión como gestores públicos es mantener y fortalecer este liderazgo a través de proyectos de transformación que impulsen un futuro ambicioso para nuestra ciudad. En este sentido, es imperativo que este centro continúe su evolución, avanzando hacia la creación de un ecosistema integral. Este ecosistema tiene la tarea fundamental de acercar aún más la ciencia al ciudadano, proporcionándole nuevos servicios digitales y mejorando las aplicaciones del entorno digital, todo ello gestionando eficientemente la obtención y utilización de datos. Este paso estratégico no solo consolida nuestro estatus como referentes en innovación, sino que también garantiza que Zaragoza siga siendo un faro de progreso y bienestar para sus habitantes.