Subdirector de HERALDO DE ARAGÓN

¿De qué se ríe?

Debate de investidura de Pedro Sánchez en el Congreso
Debate de investidura de Pedro Sánchez en el Congreso
Agencias

Pedro Sánchez sostuvo en la tribuna que la amnistía es producto de la concordia, genera convivencia y refuerza la Constitución. Es preciso aplicar un amplio ejercicio empático para poder asimilar el mensaje del candidato a presidente porque aceptarlo es casi imposible.

Llama la atención la facilidad con la que ha cambiado de opinión sobre los mismos temas en los últimos años, por lo que no cabría descartar que a medio plazo sea el mayor defensor de la oposición a una amnistía que él mismo ha ejecutado. Cuando un presidente genera más confusión que confianza, ayuda a socavar los principios de la separación de poderes del Estado y alimenta la opinión no minoritaria de que en su caso cualquier medio es válido para alcanzar todo fin, debilita la institución que representa y extiende una duda sobre su acción futura de gobierno: ¿Cambiará el horizonte temporal de las medidas económicas anunciadas hoy en función de las necesidades futuras? Ni siquiera aplica y se somete a un mínima ética de la obligación, es decir, no se ciñe estrictamente a lo que marca la ley, sino que modifica las normas al antojo de sus necesidades para traicionar los principios básicos y acomodarlos a su propia utilidad. Tal vez, este sea su mayor error y el que provoca que millones de ciudadanos -de diferentes ideologías y sensibilidades- se sientan abiertamente incómodos. Él parece no estarlo: sus carcajadas un tanto forzadas desde la tribuna para afear a Feijóo revelaron a un presidente un tanto artificial que leyó el discurso soñado por los independentistas, pero que podría haber defendido el contrario. Ese es el problema.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Santiago Mendive)

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