El negociador
En ocasiones surgen nombres que no son excesivamente conocidos entre el gran público. Supuestas figuras de la política que llegan sin ruido y se colocan, durante un tiempo, en el foco de los medios de comunicación por su papel relevante en un momento determinado.
Es el caso de Santos Cerdán, un navarro de la ribera que ha sido uno de los responsables de que el Partido Socialista de Navarra se haya echado en brazos de Bildu. Hasta el año 2000 Cerdán no jugó ningún papel ni a nivel nacional ni autonómico, mientras el Partido Socialista de Navarra se había desangrado por los casos de corrupción que condujeron a la cárcel al expresidente Gabriel Urralburu. Entonces ni estaba ni se le esperaba, ni tampoco cuando una gestora intentó un masaje cardíaco para reanimar a una formación sumida en una grave crisis. Hasta que llegó Cerdán, de la mano de Sánchez y Chivite, y cruzó la línea roja que los socialistas navarros siempre se habían negado a atravesar: pactar con Bildu, cuyo objetivo es la aplicación de la Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución, que contempla la anexión de la Comunidad Foral al País Vasco.
El dudoso mérito le abrió las puertas de la dirección federal y Sánchez lo convirtió en su fontanero, aunque él sea electricista de profesión. Cómodo en el alambre de los pactos vergonzantes, Santos Cerdán es un simple mensajero de tristes noticias para el conjunto de los ciudadanos y de grandes novedades para un partido que se está dejando a jirones el prestigio cosechado durante la Transición.
