Subdirector de HERALDO DE ARAGÓN

El estadio imposible

Recreación del exterior del futuro campo de fútbol de La Romareda, según el proyecto del arquitecto César Azcárate
Recreación del exterior del futuro campo de fútbol de La Romareda, según el proyecto del arquitecto César Azcárate
Idom

No es que no lean a Gracián, simplemente quieren editar como un ‘best seller’ el manual de la imprudencia en política. No entra en los parámetros de la normalidad que los dos principales partidos lleven más de 20 años sin sellar un pacto para construir un nuevo estadio de fútbol. Ahora le toca el turno al PSOE. Si en verdad el presidente de la Diputación considera que está fundamentada su retirada de la sociedad que va a formarse para la construcción del estadio, no valora suficientemente la inteligencia de los ciudadanos. Sánchez Quero dice ‘no’ sin ni siquiera reunirse con el resto de instituciones ni escuchar las propuestas. Además, el grupo municipal socialista continúa dando largas y desde el grupo parlamentario exigen al PP que pida perdón antes de negociar nada. Acaso habría que pedir antes disculpas a los sufridos aragoneses, que comprueban con estupefacción la incapacidad pública para elevar la mirada un palmo más allá de la animadversión perpetua y los complejos extraños que atacan a esos políticos incapaces de comprender que el bien común trasciende de cualquier sigla y de intereses particulares. El lamentable espectáculo de la clase política aragonesa es insuperable en el caso Romareda y, por supuesto, va a afectar a la candidatura del Mundial, que ya alberga escasas posibilidades pese al ánimo que intentan insuflar Azcón y Chueca. Si el salario de sus señorías estuviera vinculado al acuerdo ineludible de un proyecto de estadio, que nadie dude de que la nueva Romareda ya casi se estaría quedando vieja.

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