Por
  • Julio José Ordovás

Frutas de Aragón

Frutas de Aragón, de Pastelería Ascaso.
Frutas de Aragón
Francisco Jiménez

El olor a marihuana se extiende por la ciudad. Rara es la calle en la que no hay alguien en una terraza o en un portal o en una esquina o en un balcón fumando hierba. En eso Zaragoza se parece cada vez más a Nueva York, que apesta a marihuana desde que, en 2021, se aprobó su consumo con fines recreativos.

A dos pasos de la plaza de España, en el lugar donde durante muchos años hubo una tienda de almendras garrapiñadas, adoquines del Pilar y piedras de río, ahora hay una tienda de CBD. Los caramelos con sabor a cáñamo tienen al parecer más demanda que las cerezas al Marrasquino. No hay semana en la que la Guardia Civil no descubra una plantación de marihuana oculta entre olivos o entre maizales. Por lo visto la planta jamaicana es bastante más rentable que nuestros cultivos tradicionales.

Hace apenas un mes, en un pueblo griego, un rebaño de ovejas hambrientas se zamparon cien kilos de marihuana, arrasando una plantación de una empresa farmacéutica. Cuando leí la noticia me acordé de ‘Año Mariano’, aquella peli loca de Karra Elejalde y Guillén Cuervo, y pensé en las alucinaciones que pudieron haber sufrido las ovejas griegas tras la ingesta cannábica. Quizá, sintiéndose corderos de Dios, corrieran hacia la iglesia más próxima para postrarse de hinojos ante algún icono bizantino de la Virgen María. ¿Se imaginan al inspector Jaritos comiéndose varios ‘suvlakis’ hechos con la carne de esas ovejas y creyéndose después un cruce de Sherlock Holmes y Demis Roussos? Yo soy más de frutas de Aragón que de chocolate del Rif. Las frutas de Aragón exaltan la voluntad, mientras que el hachís la aniquila. ¡Frutas de Aragón ‘forever’!

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