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  • Editorial

Hamás desata la guerra

Tel Aviv (Israel), 08/10/2023.- A resident clears debris in a damaged building in Tel Aviv, Israel, 08 October 2023, following overnight Hamas rocket attacks. Rocket barrages were launched from the Gaza Strip as of early 07 October in a surprise attack claimed by the Islamist movement Hamas. More than 300 Israelis were killed and over 1,000 left injured in the attacks, the Israeli foreign ministry said. EFE/EPA/ABIR SULTAN MIDEAST ISRAEL PALESTINIANS CONFLICT
Hamás desata la guerra
ABIR SULTAN

Las primeras noticias e imágenes que llegan de la guerra desatada por el brutal ataque por sorpresa de Hamás a territorio israelí son ya atroces; y, desgraciadamente, hay que temer que sean solo el prólogo de lo que está por venir. 

La Unión Europea y España deben condenar sin reservas una agresión, lanzada por una organización fanática que controla Gaza tiránicamente, que solo va a aumentar el dolor de la población palestina. Pero al mismo tiempo han de exigir a Israel contención, y recordar que el cumplimiento de la legalidad internacional y el respeto a los derechos humanos son la base de cualquier esperanza de paz permanente en Oriente Próximo.

Hamás ha desatado la guerra con el lanzamiento de misiles contra áreas urbanas, la infiltración en suelo israelí, la toma de rehenes y la matanza de 260 jóvenes, civiles desarmados, que asistían a un festival de música, una crueldad injustificable. La respuesta no se ha hecho esperar y los bombardeos de Israel sobre Gaza destruyen ya viviendas y causan muertes también entre personas inocentes. Una nueva guerra sacude Oriente Próximo y marca el paso del conflicto entre Israel y Palestina, que debería resolverse con la convivencia entre dos Estados, de acuerdo a los preceptos del Derecho internacional. Por detrás de la ofensiva que ha lanzado Hamás se dibujan los enfrentamientos entre Irán y Arabia Saudí, que pugnan por la hegemonía en la región. La conflagración da al traste con el previsto reconocimiento de Israel por parte de Riad. Y complica también la defensa de Ucrania, favoreciendo a Rusia, pues la ayuda militar y económica norteamericana tendrá ahora que repartirse entre Kiev y Tel Aviv. La guerra, provocada de forma absurda por una organización terrorista, supone para el mundo un nuevo factor de desestabilización política y económica, por si había pocos. Pero sobre todo va a traer muerte y dolor a una población ya muy castigada.

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