Zaragoza necesita un estadio
El Real Zaragoza ha renunciado al concurso público para construir la nueva Romareda. El club justifica la decisión en "la inseguridad jurídica" que ha rodeado el proceso, que le ha impedido "obtener el acceso a financiación externa". Lo cierto es que, desgraciadamente, el recurso presentado por Podemos ante el Tribunal Administrativo de Contratos Públicos ha trastocado la normal evolución del proyecto.
El Tribunal Superior de Justicia de Aragón ha avalado el procedimiento de forma provisional, pero todavía falta la resolución definitiva. Este escollo jurídico es fruto, ante todo, de la falta de un acuerdo de los partidos políticos, que una vez más en este asunto no han estado a la altura de las circunstancias. La consecuencia de esta renuncia de los actuales propietarios del club es que Zaragoza pierde una ocasión de oro para disponer de un estadio a la altura de la cuarta ciudad de España. Ahora toca construir otra, que debe ser la definitiva con la colaboración de todos.
El Real Zaragoza da marcha atrás, pero se muestra comprometido para que la ciudad pueda tener nuevo estadio y preservar así la candidatura de Zaragoza al Mundial de Fútbol 2030, a pesar de que los plazos van muy ajustados. En este sentido, pone a disposición del Ayuntamiento el anteproyecto, así como los proyectos que están siendo desarrollados por la consultora Idom y el arquitecto César Azcárate. De poco sirve ya lamentarse por la ocasión perdida; lo necesario es ponerse a buscar una solución, que pasaría, ante la ausencia de candidatos a construir el estadio, por constituir una sociedad mixta público-privada en la que, además del club, deberían estar presentes la DGA, el Ayuntamiento y la DPZ. Que estas instituciones estén presididas por el PP y el PSOE obligaría a los partidos mayoritarios a un pacto que de una vez propicie que este proyecto estratégico vea la luz.
