‘Cost-sharing’

'Cost-sharing'
'Cost-sharing'
Heraldo

Cuando algo se dice en inglés parece más sofisticado. Luego, si se traduce, suena distinto. Esto pasa con la expresión ‘cost-sharing’, literalmente reparto de costes o, también, co-pago. Y aquí no es para hablar del gasto farmacéutico ni del sanitario. Se trata de internet.

Unas cuantas grandes operadoras de telecomunicaciones lo maquillan usando otro palabro inglés, ‘fair-share’, reparto equitativo, que tiene más encanto. Estas operadoras están invirtiendo importantes recursos para promocionar su posición. Es una batalla donde están en juego muchos millones, pero también un asunto básico de la sociedad digital, la ‘neutralidad de la red’. Es decir, el flujo de datos en internet ha de tratar por igual, sin discriminar, ni primando ni penalizando contenidos ni sistemas ni dispositivos de acceso a la red, tanto por parte de los proveedores de servicios, —que se les conoce por la expresión inglesa ‘Internet Service Providers’ (ISP)—, como de los gobiernos.

De un tiempo a esta parte, las grandes telecos del sur de Europa y sus conglomerados impulsan una idea que suena bien: "Todos los agentes del mercado que se beneficien de la transformación digital deben asumir sus responsabilidades sociales y hacer una contribución justa y proporcionada a los bienes, servicios e infraestructuras públicos, en beneficio de todos los europeos".

Podemos encontrarnos con un internet fragmentado donde en cada ‘jurisdicción’,
cada usuario solo tendrá acceso a la parte de la red que su proveedor le deje acceder, tras el correspondiente filtro y ‘pertinente’ pago

Y proponen seis puntos para sostener su argumento: "1. Los grandes generadores de tráfico (GGT) deben contribuir de forma justa y proporcionada a los costes de los servicios prestados por los operadores de telecomunicaciones europeos para la entrega del tráfico de los GGT que utilizan las redes nacionales de los operadores; 2. La regulación debe introducir criterios de cualificación para definir qué pocos GGT están sujetos a contribución en función de que generen la mayor parte del tráfico en Internet; 3. ‘Fair-share’, la participación equitativa protege la calidad del servicio para todos, independientemente de si un consumidor utiliza o no los contenidos de los GGT; 4. La neutralidad de la red permanece intacta; 5. ‘Fair Share’ creará incentivos para que los GGT optimicen su tráfico apoyando la transición ecológica mediante la reducción del consumo de energía; 6. La aplicación de una solución de reparto equitativo garantizará una conectividad de primera clase para todos los ciudadanos y empresas europeos".

Suena bien, pero tiene gato encerrado. En el fondo pretenden sentar a los llamados Big Tech (gigantes tecnológicos como Google, ahora Alphabet, Facebook ahora Meta, Amazon, Netflix…) a negociar con los Big-Telco (los gigantes de las telecomunicaciones) pagos por el tráfico de datos. Lo cual, de rebote, terminará afectando al bolsillo de los usuarios y también a la fragmentación de la red. El Gobierno (en funciones) de Sánchez apoya la propuesta, no así Holanda, Dinamarca, Italia... En este tema, el Organismo de Reguladores Europeos de las Comunicaciones Electrónicas (ORECE) ha sido contundente. Esta propuesta trae graves daños al ecosistema de internet y no hay ‘fallo de mercado’ que justifique intervención regulatoria. Otros reguladores, como en Francia, ARCEP (Autoridad francesa reguladora de las comunicaciones electrónicas, el correo y la distribución de prensa) o en Bélgica BIPT (Instituto Belga de Correos y Telecomunicaciones) tampoco apoyan la propuesta. Además, la OCDE tampoco está por la labor.

Mal negocio para la mayoría

La Comisión Europea activó "una consulta exploratoria para recabar opiniones sobre la posible evolución del sector de las conexiones y sus infraestructuras", entre 23/02/2023 y 19/05/2023 bajo el título "El futuro del sector de las comunicaciones electrónicas y sus infraestructuras". El informe todavía no está disponible, se espera que lleve a una regulación europea para debatir en el otoño. El asunto está ahí, abierto y en vías de expansión a otras partes del planeta. Hasta ahora la red de redes funciona de manera ‘integrada’ la propuesta del ‘cost-sharing’ o del ‘fair-share’ nos encamina en una dirección distinta a la que se ha construido lo que conocemos como internet. Si no estamos atentos podemos encontrarnos con una red fragmentada donde en cada contexto de servicios, en cada ‘jurisdicción’, cada usuario solo tendrá acceso a la parte de internet que su proveedor, su ISP, le deje acceder, tras el correspondiente filtro y ‘pertinente’ pago. Mal negocio para la mayoría. 

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Chaime Marcuello)

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